Obligados a vender su piso
«Ahora estamos tranquilos, pero no sé por cuánto tiempo». Maika Ramajo vive en el piso inmediatamente inferior al de Ana Isabel; en uno de los bloques que por una extraña paradoja fue bautizado por el constructor con el desafortunado nombre de 'Urbanización Paraíso'. Maika confiesa que ha llegado a sentir «miedo» ante la actitud de su vecina de bloque, por lo que decidió retrasar hasta hace bien poco la mudanza a su nuevo piso. «Esta persona fue la primera con la que tropecé en la comunidad. Vi lo que había... y decidí que no podía vivir a su lado».
Actualizado:La joven, que asegura haber recibido «amenazas directas» de su vecina, ha sido una de las residentes más beligerantes contra el comportamiento de Ana Isabel. «Nos sacudía todos los pelos de los gatos en el balcón y nos inundaba la terraza. El ruido y los portazos eran insoportables. Había días que tenía la música a todo volumen desde las ocho de la mañana hasta las dos de la madrugada. Llegó a cambiar la televisión de habitación para que estuviese encima de nuestro dormitorio», relata Ramajo.
Trastorno psíquico
Especialmente difícil ha sido la «persecución» padecida por otra de las vecinas. En su demanda, Gonzalo Juez hacía hincapié en los «ataques» sufridos por la mujer, que han derivado en un «grave trastorno psíquico».
Otro vecino decidió cortar por lo sano. Vendió la vivienda y se trasladó a vivir a otra provincia, harto de no poder disfrutar de un momento de tranquilidad en su propia casa.