El archivo expiatorio
Una estadounidense, madre soltera, tendrá que pagar más de 157.000 euros por bajarse y compartir 24 canciones en internet
Actualizado:Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar». La sabiduría popular de este refrán se reflejaba en el intenso tráfico de mensajes por internet de usuarios preocupados en busca de fórmulas para escapar al escaneo de la industria musical, que persigue por la red a quienes suben y bajan música sin pagar.
Un crimen tan inocente acaba de arruinar la vida de Jammie Thomas, una joven nativa americana de 30 años que ha sido condenada a pagar la astronómica cantidad de 222.000 dólares -más de 157.000 euros- por 24 canciones de Aerosmith, Guns'n'Roses, Jupiter y Green Day, entre otras bandas de rock.
Su caso, el primero de Estados Unidos y el más duramente castigado del mundo. Además, es especialmente trágico por tratarse de una madre soltera de dos hijos.
«Estaba llorando, totalmente devastada», describía su abogado, Brian Toder. «Ésta es una chica que vive de nómina en nómina, y de pronto van a quitarle la cuarta parte de su paga para el resto de su vida». Thomas, que se fue de los juzgados entre lágrimas sin hablar con la prensa, tendrá que pagar también los costes judiciales de la industria musical, por lo que su deuda puede sobrepasar el medio millón de dólares.
30.000 dólares por canción
El jurado de 12 personas, entre las que se encontraba un músico aficionado, tardó sólo dos días de juicio y cinco horas de deliberaciones en fijar 9.250 dólares de multa por cada una de las 24 canciones pirateadas, y no es lo peor. Según la ley de derechos de autor, podían haberla penalizado con hasta 30.000 dólares por canción, e incluso 150.000 si lo hizo deliberadamente, como concluyeron. En Europa la penas más alta que se ha impuesto fue de 13.000 euros en Dinamarca, aunque la media es de 2.000. Las cinco compañías demandantes -Sony BMG, Capitol Records, Warner Brothers Records, Interscope Records y UM Recording- consideran que ellas son las verdaderas víctimas.
«Las descargas ilegales han destruido la industria musical en los últimos años, se han cerrado tiendas de discos por todo el país, los ingresos de los artistas se han reducido drásticamente, los jóvenes músicos no encuentran con quién firmar, las discográficas han tenido que despedir a la mitad de sus empleados... Teníamos que lanzar el mensaje de que no está bien descargar música de internet», explicó Cary Sherman, presidente de la Asociación de la Industria Discográfica de América.
Desde 2003, la industria de EE UU ha demandado a más de 26.000 usuarios que, como Thomas, «no se limitaban a copiar música sino que ponía toda su librería a disposición de la red».