Revisión de la Historia
Les costará entender, seguramente, a los futuros alumnos de Historia, que los protagonistas considerados hombres de paz acabaran con sus huesos en la cárcel; que el «interlocutor necesario», Otegi, haya terminado sumido en el silencio forzado de la celda. O que representantes de ANV estuvieran reunidos con Batasuna en el momento de la detención de la mesa nacional o que las parlamentarias de EHAK vean su sede registrada por orden judicial, cuando nunca la Fiscalía veía indicios de su relación con Batasuna. Harán falta verdaderos catedráticos en Educación para la Ciudadanía para dar con la clave.
Actualizado: Guardar¿Por qué los mismos que sufrieron la ilegalización de su partido, por pertenencia a ETA, se convierten como por arte de magia en representantes de la izquierda abertzale para volver a ser defenestrados de tan bien sonante título y reubicarse, por voluntad del juez Garzón, en parte del entorno de ETA? Salvo que se encuentre la clave electoralista para explicar esta corrección, después de tantos meses de vacilación en política antiterrorista.
Parece lógico que Batasuna considere que las últimas detenciones de su dirección obedezcan a una operación de revancha. Se entiende el desconcierto de unos señores que durante este año han celebrado infinidad de reuniones de la Mesa Nacional. Que han dado todas las conferencias de prensa que han querido para hablar en nombre de Batasuna y justificar las barbaridades cometidas por el entorno de ETA. Y que han celebrado decenas de manifestaciones. La vicepresidenta De la Vega habla de electoralismo. No del propio, naturalmente, sino del PP. Y habla también de coherencia donde, para ser rigurosos, debía decir eficacia. Porque, al referirse a que las últimas operaciones policiales responden a «un funcionamiento normal de la Justicia» ¿a qué funcionamiento se refiere: al de la permisividad con el entorno de ETA, de antes, o al acoso policial y judicial que ahora se practica?
Ya se sabe que en vísperas de elecciones, las encuestas de intención de voto son el verdadero oráculo de los partidos. Y puede ser que los mismos indicadores que aconsejan al Gobierno vasco pedir perdón a las víctimas estén recomendando una revisión de la Historia. Una revisión como la del Parlamento vasco en donde las víctimas de ETA que asistieron al pleno monográfico, tuvieron que escuchar una petición de perdón acompañada de un lavado de imagen en algunos casos tan descarado que, al final, resultará que los funerales de guardias civiles y policías nacionales estaban llenos de nacionalistas cercanos y solidarios.
Pero los socialistas, los populares y algunos periodistas que estaban al pie de tan terribles escenas en los años de plomo, saben que la historia es muy otra. Sea como fuere, y a pesar de las intenciones partidarias, parece que entramos en una etapa de corrección de una línea que nunca se debió abandonar. Que dure.