CONFERENCIA. María Asunción Mateo en el Centro Cultural Reina Sofía. / NURIA REINA
Cultura

Mateo recupera 'Ora marítima' de Alberti, un «monumento literario a la Bahía»

La viuda y presidenta de la Fundación que lleva el nombre del poeta da una conferencia en el Centro Reina Sofía sobre el poemario homenaje Cádiz

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Cádiz es la ciudad de Occidente que abrió los ojos frente al mar, el océano cortado por atunes, la patria de los pescadores seducidos por las sirenas que nada dan. Cádiz era el lugar de Rafael Alberti aunque miles de kilómetros les separaran, el lugar al que viajaba desde el destierro, con el que poblaba sus dibujos, sus escritos, sus poemas. Ayer, en el Centro Cultural Reina Sofía, la viuda y presidenta de la Fundación que lleva su nombre, María Asunción Mateo, regaló a los asistentes una conferencia en la que rescató para los gaditanos uno de los textos más queridos del autor, el poemario dedicado a la Bahía de Cádiz, Ora Marítima, «un monumento literario» a la tierra que Alberti tanto quiso.

«Escogí hablar de este libro porque es una de sus obras más desconocidas, sobre todo aquí en Cádiz, a pesar de que es uno de los homenajes de amor más bonitos que se han hecho», asegura Mateo que ve como una obligación suya reivindicar que el amor del poeta a Cádiz no era «un cariño folklórico sino un real».

Escrito por el portuense en 1953 durante su exilio en Buenos Aires, Mateo recuerda cómo el poeta decidió celebrar la onomástica de la ciudad creando por su cuenta La Fundación del Trimilenario en Argentina para la que organizó una exposición y publicó este poemario.

Con un lenguaje profundamente emotivo y una temática en la que se fundían la Bahía y un sinfín de referencias mitológicas, Ora marítima es un libro breve en el que se reúnen 12 poemas y casi quinientos versos. Alberti tomó su nombre del poeta latino Rufo Festo Avieno, quien escribió una obra con el mismo título en el siglo cuarto de nuestra era. «Rafael dedicó el libro a Cádiz la ciudad más antigua de Occidente y el paisaje que siempre pobló sus creaciones. Era su preferido, decía que todo el mar cabía en una sola ola de la Bahía», recuerda Mateo.

Compleja sencillez

«Lo que más sorprende es que a pesar de estar plagado de referencias mitológicas, es un libro de versos sencillos y emotivos. Es posible que sea menos conocido que Marinero en tierra porque los poemas son más largos y, vistos superficialmente, parece muy serio. No lo es para nada. Es una de esas obras en las que se puede ver la difícil facilidad que define a un genio», añade la presidenta de la fundación que llama la atención sobre que Alberti podía llegar a utilizar un lenguaje hermético y críptico pero que le gustaba que le entendieran.

«Tenía esa magnífica capacidad de los poetas de enlazar palabras que están ahí pero que sólo ellos saben unir con una belleza apabullante. El caso de Rafael es único porque podía cultivar todos los tipos de poesía y era además un hombre del Renacimiento, capaz de abarcar todas las artes sin que por ello perdiera su cercanía y su naturalidad. Ese era su mayor atractivo», añade.

Conocedora como pocas de la obra del autor de Sobre los ángeles, María Asunción Mateo dice haber aprendido de la capacidad de observación del poeta, «a mirar el mundo de otra manera». «Los años de convivencia con Rafael me enseñaron que ser poeta es un don, como el que tiene los ojos verdes. No es algo que se herede, se compre o se venda. Hay mucha gente que escribe poesía pero muy pocos poetas», comenta.

Mientras prepara con mimo los preparativos para el 16 de diciembre, fecha en la que se celebraría el 105 cumpleaños del poeta y el ochenta aniversario de la reunión en el Ateneo de Sevilla que dio lugar a la Generación del 27, Mateo sigue reivindicando, estudiando y difundiendo la obra del poeta portuense. Una producción extensa de la que siempre hay joyas que rescatar, joyas como esta Ora Marítima, más actual de lo que mucha gente piensa.

«Cuando ocurrió la tragedia de Barbate me acordé mucho de algunos versos de este libro. De los de un poema a los pescadores: Somos los pobres del mar, de ayer y de ahora y Más de quién son las almadrabas de ayer y de ahora. Pensé incluso en hacérselos llegar pero me freno el pudor. Uno nunca sabe cómo reaccionar ante tanto dolor», apunta la viuda para la que Rafael sentía como pocos la realidad de esta tierra.

fvila@lavozdigital.es