Ricardo Darín debuta con una película de detectives
Una larga enfermedad acabó con el laureado director de cine Eduardo Mignogna hace un año. El realizador argentino escribió en 2002 la novela La señal, que transcurre durante los últimos días de Evita Perón. Mignogna trabajó con el cáncer como compañero de viaje durante mucho tiempo, pero cuando ya lo tenía todo preparado para adaptar a la gran pantalla su libro, la dolencia se lo llevó para siempre. Sin su autor, el largometraje carecía de rumbo y a punto estuvo de ser suspendido. Fue el protagonista elegido por Mignogna, Ricardo Darín, el que «agarró el toro por los cuernos».
Actualizado:Es la primera vez que se pone tras las cámaras y ha solventado dignamente el papel. Intérprete de El hijo de la novia o Nueve reinas, Darín ha sido siempre un hombre inquieto que no se conformaba con su trabajo como actor. Había dirigido teatro y, circunstancialmente, televisión; le atraía el otro lado de la cámara, pero buscaba el guión adecuado que le ayudara a dar el salto. El destino obró sin avisar y le colocó delante La señal. Lo fácil hubiese sido seguir los pasos ya estipulados por Mignogna, pero Darín quiso hacerlo a su manera. «Elegimos un camino diferente y no nos dejamos influenciar por Mignogna. Esta película podría ser de él si fuera más esperanzadora, porque él tenía un gran sentido del humor, era inteligente... Pero no es una película de Mignogna», sentencia.
Santana y Corvalán, dos detectives de poca monta más dados al whisky y a los ligues que al trabajo, se ven envueltos en un asunto de corrupción. Comparten una agencia en la Avellaneda de 1951. Un buen día Corvalán recibe un encargo aparentemente inofensivo de una nueva clienta misteriosa y atractiva. Aquello lo involucra con la mafia y provoca un vuelco intempestivo en su vida. «Para mí, La Señal se ha convertido en algo más que una película. Además de ser una historia maravillosa, hoy representa la oportunidad de seguir con el sueño que comencé junto a Eduardo Mignogna como actor y que ahora siento la obligación moral de llevar hasta el final junto a todo el equipo, en su lugar. Es algo así como una herencia, un camino en el que, estoy seguro, nos está acompañando», declara Darín.