Fischer critica en sus memorias el ansia de Aznar por recuperar «la grandeza de España»
Cuando Joschka Fischer comenzó a preparar su voluntario exilio político y anunció, poco después de las últimas elecciones nacionales alemanas, que renunciaba a ocupar el cargo de jefe del grupo parlamentario de los Verdes pronunció una frase que desconcertó a sus amigos. «Quiero recuperar mi libertad», dijo el ex ministro de Asuntos Exteriores y la figura más emblemática del partido ecologista.
Actualizado: GuardarDurante casi dos años, Fischer gozó de su libertad, pero no pudo olvidar la época más apasionante de su vida: los siete años que vivió al lado de Gerhard Schröder, como vicecanciller alemán y ministro de Asuntos Exteriores.
Su autobiografía fue presentada ayer a la prensa en Berlín. El libro recibió un título apropiado a la experiencia vivida en los siete años de gobierno de la alianza SPD y Verdes: Los años rojiverdes. Política exterior alemana desde Kosovo hasta el 11 de septiembre. En sus 444 páginas, Fischer dedica varios párrafos a José María Aznar, a quien describe como un político que nunca mostró interés por el futuro de Europa.
«El apoyo incondicional de Berlusconi y Aznar a la política americana en Irak agravó las diferencias en la UE», escribió Schröder en el único pasaje dedicado a Aznar. Fischer, en cambio, recuerda que el ex presidente español estaba más preocupado por convertir a España en una potencia que por el futuro de la UE. «Europa era para él un medio, pero su verdadera meta era la futura grandeza nacional de España», escribe Fischer.
Sin liderazgo
«Por una parte, Aznar apostó sin mucha delicadeza a la carta de los intereses nacionales españoles y, al mismo tiempo, intentó colocar a España en el círculo de los grandes, en la UE y en la OTAN y, sobre todo, que fuera admitida en el G-8 para ser reconocida como una potencia», añade Fischer, quien estima también que Aznar sobreestimó las posibilidades de España.
Aznar nunca buscó, según Fischer, un rol de liderazgo en Europa, una posición que le habría obligado a renunciar a seguir recibiendo la ayuda proveniente de los fondos estructurales. «Aznar nunca estuvo dispuesto a renunciar a su rol de receptor neto para adoptar responsabilidades de liderazgo», recuerda.