Fuera de control
El boom inmobiliario ha llegado a su fin. Esta parece una verdad irrefutable. Y lo que también parece fuera de toda duda es que la corrupción urbanística se ha extendido como el aceite. Lo de Marbella ha sido el paradigma del escándalo y el mangoneo; a buenas horas intervino la administración de justicia para poner fin a tanta tropelía y encarcelar a tanto listo. Pero es evidente que las irregularidades e ilegalidades urbanísticas han proliferado por todo el país. Se han hecho muchas fortunas en los últimos años al calor del ladrillo. Estoy convencido de que en pocos Ayuntamientos no ha habido «maniobras» más o menos sutiles para que alguno se lucrara con el asunto inmobiliario.
Actualizado: GuardarEsta semana conocíamos la memoria del Fiscal de Medio Ambiente de Cádiz, Ángel Núñez, un informe aplaudido por la Fiscalía General del Estado. Dice el señor Núñez que en Cádiz los ataques a la legalidad urbanística son tantos que hacen que la situación sea muy preocupante y que esté prácticamente fuera de control. El fiscal acusa a las administraciones directamente implicadas, Ayuntamientos y Junta de Andalucía, de dejación de funciones, del pernicioso silencio administrativo, y añade que han aumentado las investigaciones sobre supuestos de prevaricación urbanística en las que están implicados autoridades y funcionarios públicos. Estos delitos se concretan en dar informes favorables o conceder licencias de obras contrarias al planeamiento vigente. El fiscal carga las tintas contra la administración por su «ineficacia» en la materia y aboga por «demoler» todas las construcciones realizadas ilegalmente.
Sinceramente, después de conocer esta opinión autorizada se me queda el cuerpo temblando. Se supone que la Administración, en mayúsculas, debe velar por la legalidad y resulta que haríamos mejor si fuésemos desconfiados. Es así de triste y descorazonador. Menos mal que hoy día, comprar una casa es casi una quimera. Y si no compras, no te engañan. Menudo consuelo.