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Monjes budistas birmanos preMyanmar Buddhist monks atienden a la reuníon del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York. /AFP
represión gubernamental

LA ONU advierte a Birmania de las repercusiones internacionales de sus actos

Ban Ki-moon califica de "repugnantes" los ataques de la Junta Militar contra civiles y pide al Gobierno "acciones claras hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos"

EFE |
NACIONES UNIDAS/BANGKOKActualizado:

El enviado especial de la ONU para Birmania (Myanmar), Ibrahim Gambari, ha advertido a la Junta Militar que gobierna ese país que la represión que ha desatado contra manifestaciones pacíficas tiene repercusiones internacionales.

En su primer informe tras visitar el país asiático, el enviado especial de la ONU ha señalado que permanece "confuso" si las autoridades responderán a las peticiones de que liberen a todos los detenidos en la ola de represión desatada desde la semana pasada y de que inicien un proceso de reconciliación nacional.

Gambari ha apuntado que "el mundo no es el mismo que hace 20 años y ningún país puede darse el lujo de actuar fuera de las normas por las que se mide a todos los miembros de la comunidad internacional" y ha advertido, además, de que "a no ser que el gobierno abra y amplíe el proceso que debe definir el futuro de Myanmar", seguirán las exigencias en favor de la democratización del país.

La ONU ha advertido a Birmania (Myanmar) que no pierda la "oportunidad histórica" de iniciar el diálogo político con la oposición pero para iniciar un "diálogo genuino", ha enfatizado, Rangún debe primero "liberar a todos los detenidos políticos".

Ban Ki-Moon califica de "repugnantes" los ataques

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha calificado de "repugnantes" los ataques de la Junta Militar birmana contra los civiles de su país y le ha pedido "acciones claras hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos".

Ban se ha expresado así ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que se ha reunido hoy para escuchar el informe que el enviado especial de las Naciones Unidas, Ibrahim Gambari, ha preparado sobre su reciente viaje a Rangún para evaluar la situación.

"Estoy muy preocupado por los recientes acontecimientos de Birmania (Myanmar) y los informes sobre las violaciones de los derechos humanos. Reitero que el uso de la fuerza contra manifestantes pacíficos es repugnante e inaceptable", ha afirmado Ban.

Myanmar acusa a la LND de instigar a los monjes

La Junta Militar de Birmania (Myanmar) ha acusado a la Liga Nacional por la Democracia (LND), liderada por la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, y al movimiento 'Generación 88', de instigar las manifestaciones pacíficas llevadas a cabo por decenas de miles de monjes budistas, que alentaron la movilización popular contra el régimen.

Uno de los principales objetivos de los cuerpos de seguridad birmanos es desmantelar el movimiento 'Generación de Estudiantes 88', que organizó las protestas callejeras del pasado agosto contra la subida de los carburantes, y a las que después siguieron las manifestaciones masivas de monjes en las calles de Rangún y otras ciudades.

"Generación 88", integrado por muchos de aquellos universitarios que participaron en la revuelta de 1988, ha desempeñado durante los últimos años el papel de oposición y propiciado una serie de campañas de desobediencia civil para desafiar abiertamente a la Junta Militar

La Junta Militar ordena la captura de cuatro monjes

La televisión estatal ha anunciado que la Junta Militar ha ordenado a las fuerzas de seguridad capturar a cuatro monjes, considerados los líderes de las manifestaciones protagonizadas por el clero budista, y a las que se unieron centenares de miles de civiles. El régimen que preside el general Than Shwe, ha señalado que los cuatro desempeñaron un "papel destacado en las protestas", y aseguró que mantiene detenidos a 109 religiosos.

A raíz de la ola de detenciones emprendida por las fuerzas de seguridad, y según residentes en Rangún, numerosos monjes y civiles decidieron esconderse o huir de la ciudad con destino a las regiones del este de Birmania controladas por las minorías étnicas.

Al menos 16 personas, entre ellas dos extranjeros y varios monjes budistas, han muerto en Rangún desde que, el 26 de septiembre, las autoridades reprimieron por la fuerza las marchas pacíficas antigubernamentales. Las autoridades birmanas sólo admiten diez víctimas mortales, aunque la disidencia eleva el número a unos 200, además de 2.093 personas detenidas, de las que ya liberaron a 692.

Las manifestaciones comenzaron el 19 de agosto en protesta por la subida de los precios de los combustibles y se convirtieron, al encabezar los monjes budistas las marchas pacíficas, en la mayor movilización contra la dictadura militar en 19 años.