Tras de ti...
Tras de ti vendrá quien bueno te hará; así reza un refrán, que hoy recuerdan muchos en nuestro Ayuntamiento, y es que una mayoría absoluta da para ir sobrada. Quizás yo tenga que tener cuidado con lo que digo, y no meterme contra mano, entre otras cosas porque soy una trabajadora municipal; o quizás porque de alguna forma me sienta responsable de algunos desaguisados, y de aquellos polvos, estos lodos. No puedo cambiar el pasado pero siempre podemos aprender de él.
Actualizado: GuardarCuando un equipo de gobierno llega a un ayuntamiento siente ganas de cambiarlo todo, o casi todo; máxime cuando lo anterior le trae tan negativas evocaciones. Esto sucede así siempre, incluso cuando repite el mismo partido en el gobierno. Las elecciones municipales, su resultado, siempre suponen un punto y aparte, una oportunidad, un deseo, casi necesidad en este caso, de que la ciudadanía identifique que esto es «otra historia».
En mi opinión este Ayuntamiento, al cual pertenezco de una u otra forma desde el año 1989, se enfrenta en estos momentos ante interesante retos y expectativas; se inicia un nuevo ciclo marcado por unas siglas nuevas, y ¿nuevas maneras?
Definir un proyecto, asentar las bases del mismo, comunicarlo, compartirlo y someterlo a debate, ¿Qué ayuntamiento queremos? o mejor ¿Qué ayuntamiento podemos? Esa es la cuestión.
Pienso que lo que falla es la comunicación, en primer lugar con quienes te han llevado a la cima, es decir la ciudadanía. Con quienes has compartido el camino: tus siglas. Con quienes tienen la misión de rebatir y confrontar: las otras siglas. Con quienes son la voz de aquellos a quienes afecta directamente algunas decisiones: los sindicatos. Comunicar, contrastar opiniones, sopesar y valorar otras propuestas y, por último, decidir.
Decidir supone tomar una elección y desechar otras. Decidir si es posible desde el consenso, y si no al menos desde el respeto. Decidir a sabiendas de que quien decide es quien tiene la capacidad y la responsabilidad para hacerlo, y que al hacerlo contenta a unos y disgusta a otros. Decidir y asumir las consecuencias.
Pero, y sobre todo, cuando se está segura del fondo es cuando más que nunca hay que cuidar las formas.