Adiós a la bomba
Aunque a reputación de Corea del Norte no es ejemplar sobre la materia, todo indica que el anuncio hecho ayer por el gobierno chino sobre la decisión norcoreana de presentar antes del 31 de diciembre un completo plan al respecto es definitivo.
Actualizado: GuardarPyongyang dice adiós a la bomba atómica si se confirma, como sugiere el comunicado, el cierre de la central de Yongbion, verdadero corazón del esfuerzo atómico norcoreano. Pekín se aseguro antes de difundir el importante anuncio de que Washington lo tenía por solvente y creíble. En efecto, los norteamericanos apoyaron el tenor del texto y su significado casi simultáneamente. El anuncio, y eso no puede ser casual, se produce mientras el líder de Norcorea, Kim Il-jung, sostiene un histórico encuentro con su colega surcoreano al que se da gran relevancia en el registro material y, sobre todo, simbólico. Aunque hasta este jueves no se conocerá el comunicado bilateral al respecto todo permite suponer que la entrevista ha sido útil y que proseguirá la asistencia económica del Sur.
Aunque formalmente no ha sido nunca así y el régimen comunista del Norte rehusaba dialécticamente toda relación entre los dos problemas es un hecho que aceptar el desmantelamiento de su avanzado plan nuclear será decisivo para que la ayuda occidental se multiplique.
De hecho, en el paquete de contrapartidas que Washington ha llevado siempre en la cartera del Subsecretario Chris Hill al foro multilateral (USA, China, Japón, Rusia y las dos Coreas, con sede en Pekín) hay una gran contribución industrial y, para empezar, cargamentos de carburante que están en camino. Asimismo, el Sur se ha comprometido a fomentar el desarrollo industrial del Norte y abrir el bello país al turismo internacional, es decir, proveerle de divisas. Hay que añadir, en fin, la trascendencia que tiene una decisión tomada tras duras y largas negociaciones, con la asistencia de importantes vecinos y socios de Corea (los chinos en particular) y sin amenazas de acciones militares. Washington aceptó incluso, en su día, dar garantías de que no se recurrirá a la fuerza para cambiar el régimen. Un formato de eventual aplicación a otras áreas del planeta.