Opinion

La ley del embudo

Jerez es una ciudad muy peculiar, tanto que tenemos los mejores vinos, la mejor feria, el mejor circuito, la mejor Semana Santa y, cómo no, los mejores sindicatos.

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Las reivindicaciones en Jerez suenan más que en ningún sitio. Las barricadas se hacen rápido, tanto que esta ciudad ha llegado a tener el récord de manifestaciones preventivas.

Seguro que los 17 despidos de los trabajadores van a traer cola, y, viendo el último pleno, bastante y también mucha radicalización.

Desde aquí me gustaría preguntarles a esos sindicatos modélicos, ¿dónde estaban cuando en Jerez se pedía una mesa de contratación, no sólo para el Ayuntamiento sino para todas las empresas municipales?

Estos sindicatos que hoy se rasgan las vestiduras ante los despidos, ¿dónde estaban el día que se vició la forma de contratar? ¿Pensaban que el «tócame Roque» de las contrataciones no iba a terminar colapsando el Ayuntamiento? ¿Qué salvaban los sindicatos con estar callados mirando para otro lado?

Es triste para el que hoy está despedido, pero debe comprender que nunca debió de estar contratado. La culpa del daño la tiene quien de forma irresponsable cometió una ilegalidad.

Creo que es valiente la postura adoptada en la GMU, y, es más, yo iría más lejos: si se contrató mal, llévese a los juzgados al responsable de esos contratos.

Eduardo Martínez Fernández. Jerez.