Robben estará en el banquillo. /EFE
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El Real Madrid se enfrenta a un Lazio venido a menos en el Olímpico de Roma

Los blancos pueden dar un paso importante hacia la siguiente fase de la Champions, mientras que los romanos se conforman con un digno empate

ROMA Actualizado: Guardar
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El Real Madrid, actual líder y gran favorito del Grupo C, intentará esta tarde en su visita al Lazio remachar su privilegiada posición con un triunfo que ya prácticamente le acerque a un pase que el equipo lacial, con la interrogante de su estrella Tommaso Rocchi, ve como un sueño.

La confrontación se presenta aparentemente como desigual. El Real Madrid está cuajado de estrellas, es líder del campeonato español (cinco triunfos y un empate) y es uno de los grandes favoritos a alzar el próximo mayo en Moscú el preciado trofeo.

Mejor pasado que presente

El Lazio, en cambio, tiene un plantel sin grande nombres, sin apenas internacionales con su país y tiene actualmente en la modestia y en ponerse el "mono de obrero" su ser, dejando atrás otras épocas gloriosas como la vivida en la anterior visita del Real Madrid cuando el equipo estaba construido a "golpe de talonario". Y vive en la duodécima posición de la clasificación.

Actualmente el Lazio no "tira de talonario". Su presidente y accionista mayoritario, Claudio Lotito, un avezado y millonario empresario de servicios de limpiezas, salvó al club de la desaparición que pendía sobre él por las "alegrías" económicas de anteriores años y se puso la etiqueta de la austeridad para salir adelante.

Ya estar en la Liga de Campeones es un importante logro para este Lazio, representa también una muy notable inyección económica para sus arcas, y se sueña con pasar el turno aunque se es consciente de la dificultad y de que su clasificación no depende tanto de sus partidos contra el Real Madrid y sí de los que tendrá con el Werder Bremen y con el Olympiakos.

Preocupa la defensa y el juego

El Real Madrid llega con bajas (Pepe, Metzelder, Robinho) y tiene al italiano Cannavaro algo "tocado". Pero recupera a Van Nistelrooy, especialmente temido en Roma y con quien Rocchi desea intercambiarse la camiseta, y tiene al capitán Raúl y a Guti en momento dulce.

La defensa es el mayor problema para Schuster a la hora de confeccionar el equipo. Todo hace indicar que Sergio Ramos volverá a jugar de central, junto a Cannavaro, y que el argentino Heinze actuará en banda izquierda, con la derecha para el veterano Salgado. La baja en la derecha del lesionado Robinho parece que será cubierta por Higuaín.

Ganar y hacerlo jugando con la brillantez y el criterio que desea Schuster, como quiere el madridismo, haciéndolo en la patria de un Capello al que, pese a ganar el título liguero, se despidió por "no jugar bien", sería para el técnico madridista alemán un doble triunfo.

El goleador Rocchi, duda lacial

En el Lazio, tras el empate en tierras griegas, existe ilusión y ganas de sorprender al ilustre visitante español. Incluso el Lazio se daría a priori por contento con un empate, otra cosa es el devenir del partido y como se desarrolle luego. La igualada, por otra parte, es el resultado que está distinguiendo en lo que se lleva de campaña al conjunto lacial (cinco en siete partidos oficiales: de los que cuatro han sido en el campeonato italiano y uno en Europa)

En la batalla táctica del técnico lacial Rossi, el Lazio intentará parar la creación de Guti y, con ello, ganar la batalla del centro del campo con un muro de lucha y recorrido donde el argentino Ledesma pone la calidad. La interrogante de Rossi es no saber si podrá contar con su mejor jugador: el goleador Rocchi, lesionado en el tobillo izquierdo y al que se desea recuperar "sí o sí". Un jugador importante ya que, además de sus goles y su pelea, el atacante aporta unión, rabia y orgullo a sus compañeros cuando estos andan perdidos, y ensalza a su afición.

Del resto, en la meta estará el veterano Ballotta, a sus 43 años el "abuelo" de la competición, y en defensa parece recuperado el "tocado" Behrami,

El partido, la vuelta casera de la Liga de Campeones del Lazio tras cuatro años de ausencia, ha levantado expectación en la afición lacial. Se estima que estarán en las gradas unos 55.000 seguidores, lo cual ya es un éxito a estas alturas de la competición.