'La Inmaculada' restaurada espera en Valladolid a que el Obispado permita su regreso a Cádiz
El lienzo de La Inmaculada de Murillo lleva «tres semanas» expuesto en el Monasterio de San Bernardo en Valladolid, tras haber sido restaurado por la Fundación Las Edades del Hombre de dicha localidad donde espera la orden del Obispado de la Diócesis de Cádiz y Ceuta para su traslado de regreso al Oratorio de San Felipe que será el lugar donde reposará después de meses de trámites y labores de restauración de la obra.
Actualizado: GuardarFuentes de la Fundación informaron a Europa Press que la restauración de la obra se inició en enero de 2007 y concluyó «a mediados del año» sin que, por el momento, el Obispado haya establecido una fecha para su esperado regreso.
Las mismas fuentes indicaron que el cuadro ya se había sometido a dos actuaciones «importantes» a mediados del siglo XVIII, que «condicionaron el estado de conservación en el que se encontraba» y que determinaron el proceso de restauración acometido por los técnicos y restauradores del taller vallisoletano.
Restauración
Según explicaron los responsables de la actuación, una de estas intervenciones consistió en una aforación, que consiste en adherir una tela al soporte original.
Pero además, «a nivel pictórico», también había sufrido una intervención por la que «habían estucado, pegado papel craft y vuelto a pintar encima, de manera que la superficie pictórica estaba repintada en un 60 por ciento y no se veían los colores originales de la obra del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo».
En un primer momento, el trabajo de la Fundación Las Edades del Hombre se centró en la limpieza del bastidor y del reverso de la obra. La actuación principal se realizó en el anverso, en la capa de pintura, con «el sentado de los diferentes estratos de policromía y la eliminación de repintes».
En el proceso comprobaron que «había numerosas pérdidas» en la imagen, por lo que tuvieron que aplicar el color «ya no en la forma en la que estaba anteriormente, sino de un modo discernible, respetando los márgenes de la laguna», explicaron.
Trabajo minucioso
La técnica empleada se conoce como rigatino, que, como detallaron los expertos, consiste en aplicar el color a base de rayas «consiguiendo que la reantelación fuese discernible a uno o dos metros», pero que «a mayor distancia se integrase perfectamente en el conjunto de la obra». Una vez finalizada la restauración el Obispado tendrá que autorizar su definitivo regreso a Cádiz.