atentado de afganistán

Defensa concluye que la bomba que mató a los dos soldados españoles se activó por señal eléctrica

El artefacto estaba compuesto por entre 3 y 10 kilogramos de explosivo

MADRID Actualizado: Guardar
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El artefacto explosivo que el pasado 24 de septiembre acabó con la vida de dos soldados del contingente español en Afganistán y de su intérprete fue activado por cable, estaba compuesto por entre tres y diez kilogramos de explosivo, y contaba con una batería de motocicleta a modo de iniciador.

El último informe elaborado por el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) "da prácticamente por seguro" que el artefacto fue activado por señal eléctrica por medio del cable de 62 metros que se halló esa misma mañana en el lugar de los hechos.

El documento del EMAD señala además que el dispositivo estaba compuesto por entre tres y diez kilogramos de explosivo y que su deflagración causó un cráter de dos metros de diámetro y 50 centímetros de profundidad.

En cuanto al sistema de iniciación, el informe "da prácticamente por seguro" que el artefacto se activó por señal eléctrica por medio del cable de 62 metros que se halló en la carretera en la que se produjo la explosión y que llevaba hasta el muro de una cabaña situada en las inmediaciones. Señala además el informe que la batería eléctrica de una motocicleta actúo como iniciador de todo el mecanismo.

Los talibanes reivindicaron el atentado

Los militares españoles Germán Pérez Burgos y Stanley Mera Vera, así como el traductor afgano, Roohulah Mosavi, fallecieron al estallar un artefacto al paso del BMR (Blindado Medio sobre Ruedas). El vehículo iba dotado con inhibidor de frecuencia y regresaba de una operación de la misión internacional de paz en Afganistán.

La explosión, reivindicada por los talibanes afganos, tuvo lugar a las 08:55 (hora española) en la carretera 517 cerca de Farah, cuando la rueda trasera derecha del BMR, que encabezaba una patrulla española de cinco vehículos, pisó el artefacto.

En la explosión también resultaron heridos graves los legionarios Rubén López García, Julio Alonso Sanjuán y Oscar Bertomeo Fernández. Otros tres militares, el español Carlos Sotos García y los colombianos Carlos Arbelaez Hernao y David Ospina Montaño, fueron heridos de pronóstico "menos grave" en la explosión. Todos ellos pertenecían a la I Bandera Paracaidista, con base en Paracuellos del Jarama (Madrid).