Unas 70.000 personas, marchan en desafío a la amenaza de la Junta Militar de actuar para poner fin a las protestas callejeras que han alentado llamamientos a favor de la democratización del país. /EFE
protestas en rangún

La Junta Militar impone el toque de queda en Birmania tras la 'revolución del azafrán'

150.000 ciudadanos, encabezados por miles de monjes budistas, toman de nuevo las calles de Rangún el noveno día de protestas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Junta Militar birmana (Myanmar) ha anunciado la imposición del toque de queda y la prohibición de reuniones de más de cinco personas en las dos ciudades más importantes del país, Rangún y Mandalay, en respuesta a las marchas que se suceden en el país desde el lunes de la semana pasada y que ha concentrado en la jornada de hoy a cerca de 150.000 personas que, ignorando las amenazas del Gobierno, han tomado las calles de Rangún en favor de la democracia.

El toque de queda, que se aplicará desde las 21:00 hasta las 5:00 horas, y la prohibición de reunión, han sido comunicados a través de altavoces colocados en varios vehículos que fueron circulando por muchas de las calles de la mayor ciudad del país, Rangún, escenario de las mayores manifestaciones de la historia de Birmania en los últimos días, durante la conocida como 'Revolución del Azafrán'.

Aunque el anuncio ha sido realizado durante la noche en las dos ciudades, muchos de los ciudadanos parecieron no ser conscientes de ellos, y han salido a la calle mientras que en Rangún, las restricciones sólo se aplican en ciertos barrios.



El ejército toma las calles

Las medidas tomadas por el Gobierno militar tendrán una duración inicial de 60 días, según los testigos. Desde primeras horas del día, el Ejército ha desplegado numerosas tropas por el centro de Rangún y se ha informado de una concentración de soldados en un centro militar de Mandalay.

El Ejército no ha especificado cómo serán castigados aquellos que violen las ordenes pero, según las leyes birmanas, los que no cumplan con las restricciones de las libertades de reunión podrían enfrentarse hasta a dos años de cárcel. Los soldados, incluyendo una de las divisiones que participaron en la brutal represión del levantamiento de 1988, se desplegaron por toda Rangún tras finalizar una nueva marcha con la que los monjes y sus simpatizantes desafiaron las órdenes gubernamentales de que no salieran hoy a las calles.

"La protesta no es sólo por el bienestar de la población, es también por los monjes que luchan por la democracia y para que la gente tenga una oportunidad de decidir su propio futuro", ha manifestado uno de los monjes. "La población no tolerará una dictadura militar mucho más tiempo".

Miedo a las represalias

Mucha gente ha optado por quedarse en sus casas y no sumarse a la manifestación por miedo a que el Gobierno militar ordenase a las tropas disolver por la fuerza las protestas callejeras. Según testigos, vehículos militares cargados con soldados han sido estacionados en puntos estratégicos de Rangún y de otras localidades del país, como Mandalay, Kyauktada y Pabedan.

A su paso pacífico por las calles del centro de Rangún, los manifestantes gritaban "democracia, democracia", mientras eran aplaudidos y vitoreados por ciudadanos desde las atestadas terrazas y tejados de los edificios, han indicado testigos a las emisoras de radio.

Entre los participantes había unos 200 miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND) que portaban el brazalete de esta formación política que lidera Aung San Suu Kyi, la premio Nobel de la Paz que se encuentra bajo arresto domiciliario desde 2003. También algunos participantes llevaban en alto imágenes con el pavo real, el símbolo de la LND, el único partido que resiste a la intensa presión del régimen militar que impera en el país.

Protesta por el aumento de precios

La manifestación pacífica en Rangún ha comenzado, como viene ocurriendo desde el lunes de la semana pasada, con la congregación de los monjes en la pagoda de Shwedagon, en el casco antiguo, para orar. La afluencia de religiosos se produjo ante la presencia de varios camiones militares instalados en el exterior de Shwedagon y mientras otros vehículos con megáfonos recorrían la ciudad para advertir a la población de que las autoridades emprenderán acciones si se producen protestas, según la radio Irrawady.

La víspera, unas 100.000 personas, muchas de ellas bonzos, participaron en Rangún en la mayor manifestación contra el régimen militar en 19 años, que fue secundada por movilizaciones similares en otras ciudades del país.

Las protestas empezaron en agosto pasado, como consecuencia de la entrada en vigor de un aumento considerable de los precios de los combustibles, decretado por las autoridades, que disparó el coste de algunos productos básicos.

Prohibición de celebrar elecciones

Lo que surgió el 19 de agosto como manifestaciones políticas organizadas por la LND y la Generación de Estudiante del 88, se transformó en septiembre en marchas pacíficas de monjes budistas, después de que varios bonzos fuesen golpeados y maltratados por la policía en una protesta.

Miembros de la LND instaron ayer a los funcionarios y a los soldados a unirse a los manifestantes para democratizar Birmania y liberarla del yugo de los militares. Los generales birmanos no permiten la celebración de elecciones legislativas desde 1990, cuando Suu Kyi, al frente de la LND, consiguió una victoria abrumadora, resultado que nunca ha sido acatado por la Junta Militar.