España regresa a su nivel ante Grecia con una cómoda victoria por 76-58
Los de Pepu Hernández se imponene por 18 puntos de diferencia y vuelven a la senda de la victoria ante un duro rival
MADRID Actualizado: GuardarEspaña derrotó a Grecia hace un año y unos días en la final del Mundial y también pudo ayer con los hombres de Panagiotis Giannakis en el Telefónica Arena (76-58), sin medalla de por medio, pero con asuntos importantes en juego para ambos equipos, que empezaban la segunda fase continental con algunas dudas en mente.
El desliz ante Croacia ha reactivado al máximo los cinco sentidos de los campeones del mundo. La Grecia de este Europeo dista bastante de la que disputó la final mundialista. El equipo es idéntico salvo por la ausencia del alero del Dinamo de Moscú Antonis Fotsis, pero su estado de forma hace un año era mejor.
Tras un inicio de partido con el marcador a cero y férreas defensas, el cinco de 'Pepu' empezaba a sentirse cómodo consigo mismo. La vuelta de Juan Carlos Navarro, ausente por lesión toda la primera parte, y el ingreso en pista de Jorge Garbajosa, recibido con una cerrada ovación, terminaron de destapar la circulación de ataque.
Los griegos necesitaban encontrar la forma de romper el entramado defensivo español o corrían el riesgo de encajar otro repaso como el de Tokio en la final del Mundial 2006. Pero lo que se encontró al regresar a la pista fue una perdida de balón seguida de contragolpe, la correspondiente canasta -a cargo de Navarro-, y otra pérdida coronada con un 'alley-hoop' de Pau Gasol.
Reacción helena en la segunda parte
El reposo causó un efecto positivo en los griegos. Les inyectó fuerza en las piernas para proteger la canasta. También aclararon conceptos en la otra mitad del campo. No obstante, nada de eso hizo mella en el cuadro español. Intenso atrás y creativo en la anotación, consolidó un margen en torno a la veintena que lo campeones de Europa apenas movían pese a estar más metidos en faena.
17 puntos cifraban la distancia entre los reyes del mundo y de Europa en espera del último periodo (56-39). Difícil, pero no imposible para los helenos. Menos imposible aún si al mando de las operaciones se encuentra Theo Papalukas. Es decir, que los chicos de 'Pepu' aún debían certificar su buen partido antes de levantar los brazos al cielo.
El repunte griego estaba cantado. A nadie podía coger desprevenido. Y a nadie pilló por sorpresa. España tenía claro que aún debía esforzarse en defensa para conjurar la magia de Papalukas, que obra milagros en auténticos desiertos, y amarrar un triunfo vital porque ahora, a falta de jugar contra Rusia y de que los rusos jueguen contra Croacia, vuelve a tener opciones de ser primera de grupo.