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El hombre, de nacionalidad rumana, arde tras rociarse con gasolina y prenderse fuego a lo bonzo. /EFE
SE ENCUENTRA GRAVE

Un hombre se quema a lo bonzo en Castellón para protestar por su situación económica

De origen rumano, pretendía declarar así su desesperación por la precariedad en la que vive junto a su familia desde que llegaron a España hace tres meses

EFE |
CASTELLÓNActualizado:

Un hombre de nacionalidad rumana se ha prendido hoy fuego frente al edificio de la Subdelegación del Gobierno de Castellón para protestar por la situación económica en la que se encuentran en España tanto él como su familia, a la que ya había comunicado su idea de lanzarse desde una altura para suicidarse.

El hombre, de entre 40 y 50 años de edad, se ha rociado con la gasolina que portaba en una botella de agua y ha utilizado un mechero para quemarse a lo bonzo después de que su mujer y su hija, Isabella, intentaran disuadirle de su intención.

La hija del herido ha señalado tras lo ocurrido que su padre, que se encuentra en estado grave en un centro hospitalario, estaba "desesperado" por la situación que atraviesan en España, donde viven desde hace poco más de tres meses. Isabella ha explicado que su familia quiere regresar a Rumanía y que para ello necesitan que alguien les preste cerca de cuatrocientos euros para pagar los billetes, un dinero que ellos se comprometen a devolver.

Estafados

La joven ha insistido en que su familia no llegó a España con ánimo de robar o de prostituirse, sino con el propósito de trabajar, y ha señalado que durante un tiempo se dedicaron a vender latas de refrescos en la playa, pero dejaron de hacerlo cuando supieron que esa actividad está prohibida.

Ha añadido que, a través de diferentes trabajos, lograron reunir el dinero suficiente para poder comprar los billetes de vuelta a su país, pero alguien les estafó.

Además, Isabella ha explicado que cada vez que han llamado a la Policía Local para reclamar ayuda, éstos se han puesto en contacto con los servicios sociales, quienes, a su vez, han llamado a la Cruz Roja, de forma que el proceso que convierte en un círculo al que nadie pone fin.