ETA hace estallar un artefacto en una carretera de La Rioja sin causar víctimas ni daños
La banda terrorista había anunciado de la colocación de cinco artefactos en vías de Guipúzcoa, Burgos, La Rioja y Cantabria que estallarían entre las 15.00 y las 17.00 horas
BILBAO Actualizado: GuardarETA responde al golpe recibido ayer con las detenciones de cuatro miembros de la banda. Y una vez más la violencia vuelve a ser su única forma de expresión. Un artefacto explosivo "de escasísima potencia", similar a un petardo, estalló poco después de las 16.25 horas en un talud de la carretera Nacional 232, en La Rioja, sin causar víctimas ni daños materiales de importancia.
La detonación de los entre 200 y 400 gramos de explosivos, que prácticamente sólo levantó una polvareda, se produjo a la altura de Fuenmayor, en una zona despoblada cercana a la empresa Bodegas Castillo. La banda había alertado previamente de la colocación de cinco artefactos en carreteras nacionales, en un día en que se produce la 'operación retorno' de vacaciones, que moviliza a cientos de miles de vehículos. Finalmente, el resto de las amenazas resultaron ser falsas, aunque provocaron numerosas retenciones.
Las alarmas saltaron poco antes de las dos de la tarde, cuando una llamada anónima a la asociación de ayuda en carretera DYA de San Sebastián anunció el estallido, entre las 15.00 y las 17.00 horas, de cinco artefactos en vías de La Rioja, Guipúzcoa, Cantabria y Burgos. El mensajero de ETA explicó en castellano que las bombas estaban en la N-232 a su paso por Fuenmayor; en la autopista vasco-aragonesa AP-68 cerca de Armiñón (Álava); en la AP-67 cerca de la localidad cántabra de Torrelavega; en la AP-1, entre los municipios guipuzcoanos de Vergara y Mondragón, y en la A-1 cerca de Burgos.
Esa llamada coincidió con otra realizada al Diario de Teruel, que alertó de otros seis artefactos, algunos de ellos abandonados en Aragón y Castilla-La Mancha.
Cortes de carreteras
La actuación de los equipos TEDAX de la Guardia Civil y la Policía Nacional, acompañados de perros entrenados en el rastreo de explosivos, obligó también a interrumpir el tráfico en la autovía AP-67 entre Santander y Torrelavega y provocó atascos entre los vehículos que cruzaban Cantabria en dirección sur, hacia Castilla y León, y norte, hacia Asturias. En ese punto, parte del trafico fue desviado por el centro urbano de Torrelavega, que se colapsó.
La Guardia Civil también tuvo que cerrar al tráfico la AP-68 y la A-1, mientras que la Ertzaintza cortó el paso de vehículos en Guipúzcoa en el tramo de la AP-1 donde los terroristas anunciaron la existencia de otra bomba.
Típica acción de la banda
Las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas creen que la banda terrorista quiso con esta acción "hacerse notar" y "recuperar protagonismo" tras el golpe que recibió ayer, cuando la policía desmanteló en Cahors (Francia) el núcleo del comando que perpetró los atentados más sonados de los últimos meses.
No es la primera vez que ETA elige una jornada de circulación intensa en las carreteras para sembrar de pequeñas bombas la red viaria española. Ya lo hizo el 6 de diciembre de 2005, coincidiendo con el Puente de la Constitución, cuando colocó en las cunetas de varias vías de circunvalación de Madrid cinco pequeñas bombas que produjeron escasos daños materiales pero colapsaron los accesos a la capital. Meses antes, el 29 de julio, día de la operación salida de agosto, hizo estallar otras dos bombas en arcenes de las autovías de Andalucía y Extremadura, con idéntico resultado. El 3 de diciembre de 2004, ETA abandonó cinco pequeños artefactos de escasa potencia en gasolineras de la Comunidad de Madrid, que causaron heridas leves a dos policías.
España y Francia analizan mañana los últimos golpes a la banda
El director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, se reunirá mañana en París con su homólogo francés para intercambiar información sobre la operación realizada ayer en Francia y los hasta cinco artefactos presuntamente colocados por ETA en varios puntos de la geografía española.