ETA planeaba un atentado de «notable intensidad» el pasado fin de semana en Castellón
Miembros de la banda secuestraron en Las Landas a los dueños de la furgoneta que explotó ayer en Castellón y les mantuvieron retenidos hasta esta misma mañana
CASTELLÓN Actualizado: GuardarETA pretendía atentar este fin de semana en el Levante español con una furgoneta-bomba cargada con cerca de 100 kilos de explosivos pero sus planes se trastocaron al darse cuenta de que la Guardia Civil les seguía la pista, por lo que decidieron detonar ellos mismos la carga en un olivar de Castellón.
Así lo ha confirmado esta tarde el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, quien ha apoyado la hipótesis del atentado "de notable intensidad" en que, "dada la mecánica de los hechos", ETA no podía mantener por mucho tiempo el secuestro de la familia propietaria del vehículo sin que saltaran las alarmas.
Camacho ha revelado también el hallazgo hoy en el sur de Francia de un Renault Scenic calcinado y presuntamente utilizado por los terroristas para transportar a la familia propietaria de la furgoneta, secuestrada el pasado viernes y liberada esta madrugada, un modus operandi similar al que precedió al atentado en la T4 de Barajas.
En el atentado de la T-4, que causó la muerte de dos ciudadanos ecuatorianos, los etarras hicieron explotar una furgoneta Renault Traffic que había sido robada tres días antes en Luz-Ardiden (Francia) a su propietario, quien permaneció retenido durante varios días y no fue liberado hasta después de cometida la acción terrorista.
Llamada de un ciudadano
En este caso, la furgoneta fue localizada gracias a la llamada de un ciudadano y agentes de la Guardia Civil se desplazaron al lugar para comprobar su matrícula. Allí comprobaron que no había ninguna denuncia por robo, por lo que no pudieron hacer nada más en esa primera visita.
La Guardia Civil ha comprobado que la detonación, realizada mediante un temporizador, no ocurrió exactamente en el mismo lugar donde el vehículo había sido visto aparcado, aunque estaba muy cerca, lo que indica que los terroristas la movieron después de sentirse vigilados.
La furgoneta fue sustraída a sus propietarios, una pareja y su hijo con domicilio en el País Vasco, por cinco personas que se identificaron como miembros de ETA y que los han mantenido retenidos hasta esta misma mañana para evitar que pudieran denunciar el robo.
Fuentes de la investigación han señalado que el vehículo, cuyo estallido causó un gran socavón y pudo escucharse en cinco kilómetros a la redonda, podría contener entre noventa y cien kilogramos de explosivo.