Algunos de los supervivientes del terremoto en una calle peruana. / REUTERS
siguen llegando las ayudas

Perú redobla la vigilancia militar en la zona afectada por el terremoto

Alan García solicita un mayor número de donaciones de alimentos

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El Gobierno de Perú ha decidido redoblar la seguridad en la costa central del país que resultó afectada por el terremoto del miércoles pasado, con el despliegue de unos 600 soldados, ha anunciado el ministro de Defensa, Allan Wagner. "Estamos duplicando el número" de soldados y "esperamos llegar al final de la tarde a mil efectivos", ha explicado en Pisco, en declaraciones a los periodistas.

Wagner ha agregado que Chincha, Pisco e Ica, ciudades situadas en el departamento de Ica y las más afectadas por el terremoto, de 8 grados en la escala de Richter, "han pasado una noche tranquila", al manifestar que "no ha habido desmanes ni pillajes".

Asimismo, ha anunciado que hoy se establecerán cinco nuevos albergues en las zonas más alejadas de Pisco para atender a los damnificados del terremoto.

Los temores de que ocurran nuevos saqueos aumentan con la llegada hoy de nuevos envíos de ayuda humanitaria, así como la escasez de agua y alimentos en las ciudades devastadas por el terremoto. Además, el miércoles se fugaron unos 600 presos de una cárcel de Chincha, aunque el Gobierno ha asegurado que una gran mayoría ha sido capturada desde entonces.

Precisamente en esa ciudad, una persona resultó herida de bala, después de que un grupo de "pandilleros" irrumpiera anoche en uno de sus hospitales, aprovechando la oscuridad y la escasa presencia policial, ha informado la portavoz del Ministerio de Salud, Lorena Trelles.

Necesidad de alimentos

El presidente de Perú, Alan García, ha solicitado un mayor número de donaciones de alimentos, con el fin de garantizar el suministro diario de los mismos a los damnificados, y ha advertido que ya existe una dotación importante de medicinas y agua potable.

García ha subrayado la necesidad de garantizar los alimentos a decenas de miles de personas, de forma "permanente" y especialmente en las ciudades de Pisco, Chincha, Cañete e Ica, ha informado la agencia peruana de noticias Andina.

Asimismo, el mandatario ha agradecido a la comunidad internacional la ayuda humanitaria enviada al país y que continúa llegando. También ha informado de que se construirán módulos de vivienda para las familias que han perdido sus propiedades y que se ha enviado ataúdes a las zonas más devastadas con el fin de facilitar el entierro de las víctimas.

La CE aumenta su ayuda

La Comisión Europea ha anunciado que ha incrementado el contingente de ayuda de emergencia que destinará a los afectados por el terremoto de Perú, cuya cuantía pasará de uno a dos millones de euros que se emplearán para cubrir las necesidades más urgentes de alrededor de 50.000 personas, identificadas como la población más vulnerable.

El Ejecutivo comunitario ha informado en un comunicado de que los dos millones de euros se destinarán a suministrar alimentos, alojamientos provisionales, asistencia médica, equipos sanitarios, agua potable y servicios sanitarios, así como instrumentos básicos para la casa y para el establecimiento de instalaciones de urgencia de telecomunicaciones y a facilitar asistencia psicológica a los afectados.

Por otra parte, la Comisión anunció ayer la activación de su mecanismo de protección civil y su centro de información para centralizar y tratar de coordinar la ayuda que destinen los países de la UE para los damnificados por el terremoto en Perú.

Llegan catorce bomberos españoles

Las ayudas españolas han empezado a llegar a la costa central de Perú. Aparte de cinco especialistas españoles en desastres que llegaron el viernes por la mañana, un grupo de España de catorce Bomberos Unidos Sin Fronteras, con cuatro perros entrenados para la localización de personas entre los escombros, han llegado al aeropuerto de Pisco, la población más afectada por el desastre.

Los bomberos y sus perros iniciarán hoy la búsqueda de posibles supervivientes entre los restos de las casas de la ciudad, construida en su mayor parte con adobe y cañas y que ha quedado destruida en un 80%, según sus autoridades.