Una niña recibe atención médica tras el atentado. /AP
se responsabiliza a al qaeda

Al menos 250 muertos en el atentado más sangriento desde el comienzo de la guerra de Irak

La violencia se ceba con una minoría kurda del norte del país con la explosión de cuatro camiones bomba

BAGDAD Actualizado: Guardar
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La sangrienta oleada de atentados que anoche mató al menos 250 personas en el norte de Irak, la más grave desde que empezó la guerra hace cuatro año, ha tenido como objetivo principal a la comunidad yazidí, una minoría religiosa preislámica que tiene una presencia reducida entre los kurdos. Las autoridades iraquíes han responsabilizado de los ataques a Al Qaeda.

Las fuentes policiales han anunciado que la explosión casi consecutiva de cuatro camiones bomba cargados de combustible ha causado también más de 300 heridos en las localidades de Qatahniya, Al Yazira y Al Beag, cerca de la ciudad de Mosul, en la provincia de Nínive. Otras fuentes aseguran que han sido tres los camiones detonados, entre ellos uno de gran tonelaje, y todos ellos conducidos por suicidas.

Éste ha sido el atentado más sangriento registrado en Irak desde que fue derribado el régimen del ex dictador Sadam Husein, en abril de 2003, y nunca había atacado con tanta virulencia a esta pequeña minoría religiosa que habita en el norte del país. Los hospitales de la región están desbordados por las víctimas.

Una secta marginal

El blanco de estos atentados, los yazidíes, son miembros de una antigua minoría religiosa kurda, cuyas raíces se remontan a 2.000 años antes de Cristo. Fue en alguna época la religión oficial de los kurdos, pero la islamización obligatoria redujo su número al medio millón actual.

Los yazidíes permanecen como una secta marginal y oscura, rechazada normalmente por la mayoría musulmana. Entre sus creencias está la adoración al ángel llamado Melek Taus, cuyo símbolo es un pavo real y que las principales religiones monoteístas han asociado al diablo o Satanás.

Además de en Irak, los yazidíes también tienen presencia en otros enclaves de la etnia kurda como Armenia, Georgia, Irán, Rusia, Siria y Turquía, además de en Alemania.

Al Qaeda puede estar detrás

Aunque todavía se desconoce quién está detrás de estos brutales atentados, todo los indicios preliminares apuntan a la insurgencia suní vinculada con Al Qaeda, muy presente en esta región y que ya ha tenido recientemente enfrentamientos con esta comunidad.

El pasado 7 de abril, miembros de la secta yazidí lapidaron a Doa Jalil Asuad, una joven de 17 años que pretendía casarse con un hombre musulmán. Apenas dos semanas después, 21 seguidores de esta secta murieron en la emboscada que les tendió un grupo de hombres armados en el autobús que les llevaba a sus casas después de trabajar en una fábrica textil en la ciudad de Mosul.

Tras esta represalia, Hebert Yegorova, portavoz de la Asociación Yazidí por la Paz, pidió al Gobierno iraquí y a las ONG internacionales protección para su comunidad. "Estamos desesperados con esta masacre porque estamos seguros de que pronto habrá más asesinatos. Un total de 204 yazidíes han sido asesinados en los últimos cuatro años", declaró entonces Yegorova.

Sin embargo, las proféticas palabras de Yegorova no atrajeron la atención de la comunidad internacional ni de los propios iraquíes lo suficiente como para evitar una tragedia de estas características. Precisamente, el atentado llegó unas horas antes del comienzo de la esperada reunión entre representantes de todos los partidos políticos del país convocada por el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.