Un mandato en minoría y con la sombra de la moción de censura
Miguel Sanz ha adelantado ya que optaría por un anticipo electoral si Navarra se convierte en "ingobernable"
MADRID Actualizado: GuardarEl presidente de Navarra, Miguel Sanz, inicia su cuarta legislatura, en la que va a gobernar en minoría, por lo que deberá afrontar la posibilidad de ser objeto de una moción de censura o la de optar a un anticipo electoral si Navarra es "ingobernable", como anticipó en su investidura.
Proveniente del mundo del municipalismo, fue alcalde de su pueblo, Corella, entre 1983 y 1991, y en 1995 encabezó la lista por Unión del Pueblo Navarro (UPN) al Parlamento foral, la más votada, con 17 escaños. En las elecciones de 1999, 2003 y 2007 la volvió a encabezar y obtuvo 22, 23 y 22 escaños, respectivamente.
El también presidente de Caja Navarra es diplomado en Magisterio, posee un máster en Dirección de Empresas y comenzó su trayectoria profesional en el sector de la banca. Entre 1991 y 1995 fue vicepresidente del Gobierno de Navarra y consejero de Presidencia.
Acostumbrado a gobernar en minoría
A pesar de que en 1995 UPN fue la lista más votada, un pacto de gobierno entre CDN, PSN y EA (22 diputados) dio la presidencia al socialista Javier Otano, quien dimitió posteriormente tras descubrirse que era titular de una cuenta en Suiza, por lo que le sucedió Miguel Sanz.
Sanz está acostumbrado a gobernar en minoría, con el apoyo implícito o explícito de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), pero en esta legislatura, por primera vez, las fuerzas de la oposición suman más votos (26), de ahí la fragilidad del Ejecutivo.
Tras conocerse los resultados electorales, Nafarroa-Bai (12 escaños), el PSN (12) e IU (2) comenzaron a negociar un gobierno de progreso, que no llegó a materializarse debido a la orden de la Ejecutiva socialista de suspender las negociaciones y abstenerse en la investidura de Miguel Sanz.
Esta actitud del PSOE no ha sido bien entendida por una parte del PSN, y a la dimisión del candidato, Fernando Puras, le ha seguido la de la cúpula de las Juventudes Socialistas, así como protestas y manifestaciones de otros cargos municipales en la comunidad.
Desencuentros entre el PSN y Sanz
Los socialistas de Navarra entendían que la sociedad había votado por un cambio, especialmente por los ataques sufridos desde el inicio del proceso de paz con ETA, ya que tanto el PP como UPN temían que Navarra fuera objeto de algún tipo de negociación.
Los desencuentros se hicieron visibles en la manifestación del pasado 17 de marzo en Pamplona, a la que acudieron los principales líderes del PP y UPN, bajo el lema "Fuero y libertad. Navarra no es negociable", en tanto que desde las filas socialistas se insistía en que mentían los que afirmaban que Navarra formaba parte de la negociación.
Sobre esta cuestión giró la mayor parte de la campaña electoral en la comunidad foral, aunque, una vez vistos los resultados y el fin de la tregua de ETA, el asuntos se fue diluyendo, hasta el punto de que Sanz ofreció entrar a los socialistas en el Gobierno y Puras llegó a proponer un Ejecutivo "de convivencia", en el que entrasen todos, así como independientes.
Alejamiento de la postura del PP
En la sesión de investidura de Sanz ha podido apreciarse un alejamiento del discurso del PP en materia antiterrorista, así como una invitación al PSN para entrar en el Gobierno, lo que fue rechazado por su portavoz, Roberto Jiménez, quien advirtió de que la abstención de su grupo no supone un "cheque en blanco" para la legislatura.
Ello, junto con la afirmación de los portavoces de Na-Bai e IU de que no cejarán para constituir un gobierno de progreso en la comunidad y la posibilidad de un adelanto electoral si UPN no logra gobernar con comodidad, hacen de esta legislatura una de las más frágiles de los últimos años.-