Familiares de los surcoreanos secuestrados en Afganistán lloran después de su encuentro con la embajada estadounidense en Seúl. /EFE
tres de ellos están muy enfermos

Los talibán acceden a que el embajador surcoreano se reúna con los secuestradores en Kabul

El ejército afgano inicia una operación para liberar a los 21 rehenes surcoreanos, tres de los cuales están muy enfermos y podrían morir

KABUL Actualizado: Guardar
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El embajador surcoreano en Afganistán ha pedido a los talibán autorización para reunirse con los secuestradores de los 21 rehenes surcoreanos y los milicianos se lo han dado, según el gobernador de la provincia de Ghazni (sur), Marajudin Pathan, donde se produjo el secuestro el pasado 19 de julio.

Según Pathan, los talibán han accedido a un encuentro cara a cara con el embajador surcoreano y las autoridades están buscando un lugar apropiado para que dicho encuentro se pueda mantener, si bien aún se desconoce la fecha en la que se producirá. Otro alto responsable ha llegado desde Corea del Sur para participar en las conversaciones.

La concesión de los talibanes tiene lugar cuando se cumple el plazo dado por los secuestradores para liberar a los 21 rehenes surcoreanos. Un portavoz talibán ha alertado de que tres de ellos se encuentran gravemente enfermos y podrían morir, además de amenazar nuevamente con asesinar a los cautivos si el Gobierno afgano lanza una operación militar de rescate.

Mientras tanto, el Ejército afgano ha iniciado una operación para liberar a los secuestrados, a pesar de que el jefe del Servicio Nacional de Inteligencia surcoreano, Kim Man-bok, lo había descartado en un principio. Unos 200 soldados especializados han sido desplazados de la capital Kabul a la provincia de Ghazni para la operación, mientras que varios helicópteros habían lanzado durante la mañana octavillas advirtiendo a los habitantes de la zona en la que se cree que están retenidos los rehenes surcoreanos de que habrá una operación militar.

Ejecutados dos rehenes

A las 9.00 horas de hoy vencía el ultimátum que fijaron los rebeldes ayer, unas horas después de que la Policía hallara el cadáver de Shin Sung-min, de 29 años, cuya ejecución había sido anunciada por los talibanes. Shing Sung-min fue el segundo rehén asesinado por los secuestradores tras la ejecución a tiros, hace siete días, del pastor evengélico Bae Hyung-kyu, de 42 años.

Según un portavoz talibán, el segundo rehén fue asesinado el lunes porque Kabul no había respondido "positivamente" a las demandas de los insurgentes, que reclaman la puesta en libertad de varios presos rebeldes de la cárcel de Pul Charkhi, al este de Kabul, a cambio de los rehenes.

El Gobierno se niega al intercambio

El Gobierno afgano ha insistido a través del Ministerio del Interior en que está haciendo "todo lo posible" para obtener la liberación de los surcoreanos, aunque siempre dentro los límites "de las leyes y la Constitución". Sin embargo, se ha negado a satisfacer la principal exigencia de los secuestradores, diciendo por primera vez que no liberará a prisioneros insurgentes.

El pasado abril, el Ejecutivo de Kabul fue objeto de duras críticas por haber liberado a cinco presos insurgentes a cambio del periodista italiano Daniele Mastrogiacomo, secuestrado por un grupo talibán. En aquella ocasión, el presidente afgano, Hamid Karzai, afirmó que había sido un caso "excepcional" que no se volvería a repetir bajo ninguna circunstancia.

Los 23 surcoreanos fueron capturados el día 19 de julio en la provincia oriental afgana de Ghazni, en el mayor secuestro de un grupo extranjero en Afganistán desde la caída del régimen talibán.

La milicia talibán que llevó a cabo el secuestro ha sido identificada como el grupo "Abdulá", formado por unos 150 insurgentes y arraigado en Ghazni. Según Kim Man-bok, los rehenes están repartidos en nueve pueblos de las tres localidades de la provincia de Ghazni y los talibanes desplazan a los rehenes a diferentes localidades de la zona para evitar la persecución de las fuerzas del Gobierno afgano.