Brown asegura tras entrevistarse con Bush que hay «responsabilidades que mantener» en Irak
El primer ministro británico mantiene su apoyo al presidente estadounidense tras su primera cumbre como máximo mandatario inglés
WASHINGTONActualizado:El primer ministro británico, Gordon Brown, ha afirmado que está de acuerdo con el presidente de EEUU, George W. Bush, en que hay "responsabilidades que mantener" en Irak. Bush ha asegurado que el primer ministro británico está de acuerdo en que "una retirada precipitada sería un desastre".
Brown ha efectuado estas afirmaciones en una rueda de prensa conjunta con Bush, con quien se ha reunido durante dos días en la residencia de descanso presidencial estadounidense de Camp David (Maryland), en la primera cumbre entre ambos desde que el mandatario del Reino Unido llegó al poder el mes pasado.
Entre los asuntos que ambos han abordado también figuran el programa nuclear iraní, el genocidio en la región sudanesa de Darfur y las amenazas terroristas. Ambos han expresado también su acuerdo para continuar contactos en torno al cambio climático y para aumentar las conversaciones que permitan llegar a un acuerdo en la ronda de Doha de negociaciones comerciales.
Irak, un asunto espinoso
Irak ha protagonizado las conversaciones entre ambos gobernantes, que han resaltado que "nos encontramos en una lucha común y tenemos que combatir al unísono". En los últimos días se había apuntado la posibilidad de que el Reino Unido fuera a anunciar próximamente una retirada de los 5.500 soldados que mantiene en el sur de Irak.
En sus declaraciones, Brown ha rechazado, al menos de momento, este extremo y ha afirmado que cualquier decisión que adopte será de acuerdo a lo que le comuniquen los mandos militares sobre el terreno y se le anunciará en primer lugar al Parlamento británico. Por su parte, Bush ha asegurado que el primer ministro británico está de acuerdo en que "una retirada precipitada sería un desastre".
El presidente Bush encara ahora un momento difícil en el no cuenta con la oposición del Partido Demócrata, que ganó la mayoría en ambas cámaras del Congreso hace ocho meses, sino una creciente desazón en las filas de su propio Partido Republicano que ve en la campaña iraquí la causa posible de una derrota en las elecciones presidenciales de 2008.
Lazos firmes, sin excesos
La Casa Blanca ha indicado que no espera anuncios concretos de esta visita. Pero el encuentro servirá para determinar el futuro de lo que ambos países califican de una "relación especial" entre Londres y Washington, y que alcanzó un especial florecimiento durante el mandato de Blair, cuyos lazos con Bush fueron muy estrechos, tanto en el terreno político como incluso en el personal.
El gobierno de Brown ha señalado que quiere mantener unos lazos firmes con Estados Unidos, pero también ha indicado que esas relaciones no serán tan intensas como durante la etapa Blair. En declaraciones antes de partir de Londres, Brown dijo que la relación entre ambos países "se fundamenta en nuestros valores comunes de libertad, oportunidad y dignidad del individuo". "Y debido a los valores que compartimos, la relación con Estados Unidos no solo es sólida, sino que puede fortalecerse en los años venideros", añadió.
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, aseguró que el Reino Unido es "un socio firme a la hora de abordar los desafíos estratégicos claves que afrontan nuestros dos países, así como en la promoción de la paz y la prosperidad en el mundo".
Posición más multilateral en política exterior
El ministro de Cooperación Internacional británico, Douglas Alexander, ha apuntado que ambos países deben adoptar una posición más multilateral en su política exterior. Además, el nuevo primer ministro ha nombrado secretario de Estado de Asuntos Exteriores a lord Mark Malloch Brown, ex "número dos" en las Naciones Unidas y que el año pasado criticó duramente la actitud de Estados Unidos hacia la ONU.
Además, Brown ha optado por reunirse con otros mandatarios, como la canciller alemana, Angela Merkel, o el nuevo presidente francés, Nicolas Sarkozy, antes que con Bush, algo que ha hecho arquear más de una ceja en Washington.