Crónica de una tragedia anunciada
El periodista brasileño Rafael Corassa narra a Vocento el mal momento que vive el sector aéreo en su país y las malas condiciones existentes en sus aeropuertos
MADRID Actualizado: GuardarBrasil se ha visto de nuevo sacudido por un trágico accidente aéreo en el que habrían muerto más de 200 personas. ¿Podría haberse evitado esta tragedia?
Rafael Corassa, periodista brasileño afincado en Madrid, denuncia los problemas que afectan al tráfico aéreo y a algunos de los principales aeropuertos del país. El reportero explica que el séctor aéreo brasileño vive una crisis profunda desde septiembre pasado, cuando ocurrió el que hasta ahora era el peor accidente de su historia: el choque, en el cielo amazónico, de un Boeing 737 de la Gol -cuyos 154 ocupantes murieron- con un jet privado que logró hacer un aterrizaje de emergencia.
Las investigaciones señalaron como responsables de este accidente a los controladores aéreos y los pilotos, pero ellos se resisten a aceptarlo: por eso iniciaron una huelga que continuará hasta que no se demuestre su inocencia. Los controladores culpan al Gobierno de este caos aéreo: no hay controles de vuelo, los equipamientos están viejos, trabajan más horas de las permitidas y algunos de los principales aeropuertos no están preparados para tantos vuelos como se producen.
Un aeropuerto "muy peligroso"
La terminal de Congonhas en Sao Paolo, donde ha ocurrido el accidente de hoy, parece sumar todos estos problemas: es un aeropuerto pequeño utilizado para vuelos nacionales que moviliza cada año a cerca 15 millones de pasajeros, está enclavado en una zona residencial y comercial de Sao Paulo y sus pistas de aterrizaje están demasiado viejas.
Para Rafael Corassa, por tanto, no es de extrañar que se haya producido este accidente ni aquel otro de similares características que sucedió hace casi once años: el 31 de octubre de 1996 un Fokker-100, también de TAM, perdió el control cuando trataba de despegar, precipitándose así sobre varias viviendas, con un resultado de 99 personas muertas, tres de ellas en tierra. Se trata de un "aeropuerto muy peligroso", explica.
El brasileño denuncia que se trata de un "aeropuerto muy peligroso", en el que ya varios aviones han derrapado a la hora de aterrizar (uno precisamente ayer, pero con mejor suerte), ya que las pistas acumulan mucha agua al no tener un sistema de alcantarillado. De hecho, esa peligrosa pista estuvo cerrada durante 45 días hasta el mes pasado por "mejoras" y -según denuncias de sindicatos, pilotos y especialistas en aeronáutica- el trabajo fue entregado sin terminar. El periodista, quien asegura que desde la ventana de su casa de Sao Paolo ve aterrizar los aviones, que pasan por entre los coches, lo tiene claro: hasta que el Gobierno no tome medidas, seguirán ocurriendo desgracias aéreas en Brasil.