Scotland Yard identifica al conductor del primer coche bomba de Londres

Scotland Yard tiene un retrato nítido del hombre que, tras aparcar abruptamente el coche bomba frente a la discoteca Tiger Tiger, salió corriendo y fue filmado por cámaras de seguridad callejera, muy abundantes en el centro de Londres. La cadena americana de televisión ABC dio primero la noticia, luego confirmada por otros medios.

Aunque la policía británica es habitualmente muy cauta con la información que ofrece a los medios, porque un suceso de este tipo desemboca finalmente en un juicio con jurado y por tanto la información pública es un asunto delicado, algunos medios llegan a identificar al supuesto autor.

Dicen que es un joven procedente de Irak, con vinculaciones a redes de Al Qaeda, contra el que los tribunales británicos habrían dictado una orden de control domiciliario. Este hombre habría eludido ese control judicial y estaría en situación de huido desde el pasado 18 de junio.

Este sospechoso habría tenido vínculos con otros grupos del terrorismo islamista en suelo británico, que diseñaron planes para explotar coches bomba con la tecnología de gas, gasolina y tornillos utilizada en este caso o que planeaban colocar bombas específicamente en discotecas.


Discotecas prevenidas

La policía también investiga cómo alguien envió un mensaje a un sitio de internet frecuentado por 'jihadistas' en el que parecía predecir la colocación de las bombas. El comunicante consolaba a otos participantes del foro que se quejaban por la falta de bombas y decía: "Hoy os digo: 'Por Alá, alegraos. Habrá bombas en Londres'".

Los servicios de seguridad estaban informados de la existencia de algún plan para perpetrar este tipo de atentados. Un diario británico afirmaba hace quince días que el comité gubernamental que pone en común el trabajo de los servicios de seguridad e inteligencia estudió hace poco información sobre un plan de este tipo.

Y 'The Times' afirmaba el sábado que Scotland Yard había remitido hace unos días a la discoteca Tiger Tiger y también a otros clubes y negocios de Londres una notificación de 53 páginas- de la que el diario publica un extracto- advirtiendo de la necesidad de tomar medidas de seguridad ante el peligro de 'vbieds', que son ingenios explosivos improvisados y acarreados por vehículos.


Especulaciones sobre las razones para atentar

Según expertos en terrorismo que siguen de cerca los portales de internet de los fanáticos de la Yihad islámica, los frustrados atentados pudieron ser una señal enviada al nuevo primer ministro británico, Gordon Brown, que sucedió a Tony Blair el pasado miércoles al frente del Gobierno y hereda la situación en Irak. Otros vinculan los atentados con la reciente concesión por la reina de Inglaterra de un título honorífico al autor angloindio Salman Rushdie, autor de los "Versos Satánicos", que muchos musulmanes consideran una obra blasfema.

La naturaleza un tanto primitiva de los artefactos explosivos encontrados en los dos coches parecen indicar, según los expertos, que los terroristas no habían recibido entrenamiento sofisticado de la red de Al Qaeda, cuya ideología, sin embargo, parecen compartir.

No es en cualquier caso la primera vez que los terroristas se fijan como blanco un club nocturno de esta capital, tipo de establecimiento que muchos de ellos consideran símbolo de la depravación que asocian con Occidente. Así un grupo de terroristas detenidos en el 2004 proyectaban atentar contra otro local nocturno londinense llamado "Ministry of Sound" con explosivos fabricados a base de fertilizantes.


El condenado Barot ya planeó nuevos atentados en Londres
Otro terrorista llamado Dhiren Barot fue condenado a cadena perpetua el pasado noviembre tras ser declarado culpable de planear ataques con el mismo método que pensaban utilizar los frustrados terroristas de ahora y que consiste en abandonar limusinas frente a determinados edificios y hacerlos explotar.

El comité de emergencia del Gobierno, integrado por los responsables de varios ministerios, tiene previsto reunirse de nuevo esta sábado bajo la presidencia de Brown o de su ministra del Interior, Jacqui Smith, para informarse de los progresos de la policía y tratar de las nuevas medidas a tomar.