El edificio de Hipercor tras estallar la bomba de ETA./ ARCHIVO
mayor atentado etarra

Cataluña homenajea a las víctimas de ETA en el 20 aniversario de Hipercor

Una bomba colocada en el aparcamiento del centro comercial mató a 21 personas e hirió a más de 40

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El gobierno de la Generalitat, con el presidente José Montilla al frente, ha rendido hoy por primera vez homenaje a todas las víctimas del terrorismo con motivo del 20 aniversario del atentado de Hipercor, la mayor masacre cometida por ETA, que provocó 21 muertos y 45 heridos.

A pocos metros del mismo lugar que hace veinte años ofrecía un aspecto dantesco, con un espeso humo que sólo dejaba ver cómo los equipos de rescate retiraban cadáveres y heridos, el acto de homenaje ha estado marcado por el tono sobrio y el afecto y cariño que las autoridades y ciudadanos han tributado a las víctimas. Solo al final del mismo se han escuchado algún silbido y quejas aislados.

El acto se ha iniciado hacia las 19.20 horas, cuando Montilla, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y el presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), Santos Santamaría, han realizado una ofrenda floral frente al monumento erigido en memoria de las víctimas de aquel atentado.

De fondo, y ante el silencio respetuoso de los centenares de personas congregadas, un grupo de violoncelistas de la escuela superior de música de Cataluña y de la Fundación Pau Casals han interpretado el "Hymnus de Klegel" y "El Cant dels Ocells".

Las instituciones arropan a las víctimas

Posteriormente, ha tomado la palabra el presidente de la ACVOT, Santos Santamaría, quien ha agradecido el apoyo ciudadano recibido durante todos estos años y ha asegurado que las víctimas de los atentados "estarán con nosotros mientras alguien las recuerde". Por su parte, el presidente de la Generalitat, José Montilla, ha aseverado que las víctimas del terrorismo "tienen el gobierno de Cataluña a su lado" y ha recordado que el atentado de Hipercor "fue brutal, absurdo e inútil, como todas las acciones terroristas".

En la misma línea, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, también ha mostrado su apoyo a las víctimas del terrorismo y ha afirmado que el Ejecutivo tiene la "determinación" para evitar que nunca se sientan "desatendidas". "Nunca las vamos a dejar solas", ha remarcado. Asimismo, Rubalcaba ha señalado que el Gobierno "no va a retroceder ni un milímetro frente al terrorismo" y ha vaticinado que el futuro de los terroristas será "la cárcel y el rechazo de la gente de bien".

En el acto también ha intervenido el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que ha indicado que el atentado de hace veinte años "es una de las peores efemérides en la historia" de la capital catalana. Hereu también ha tenido palabras de recuerdo para dos de las últimas víctimas de ETA en Barcelona: el ex ministro Ernest Lluch y el agente de la Guardia Urbana Juan Miguel Gervilla.

La mano negra de ETA

ETA había colocado unos treinta kilos de amonal y cien litros de líquido inflamable en unos bidones escondidos en el maletero de un Ford Sierra previamente robado. Los terroristas lo estacionaron en la primera planta del aparcamiento de Hipercor. El coche bomba estalló a las 16.12 horas dejando 21 muertos, entre ellas cuatro niños, y más de 40 heridos. En el establecimiento se hallaban un centenar de empleados y medio millar de clientes.

Sobre las tres de la tarde, uno de los miembros del comando hizo tres llamadas desde cabinas telefónicas, comunicando en nombre de ETA que tendría lugar una explosión en Hipercor entre las 15.30 y las 15.40 horas. Miembros de las fuerzas de seguridad, junto a los vigilantes jurados del centro comercial, efectuaron una inspección ocular pero no encontraron nada. Decidieron no desalojar el edificio al estimar que se trataba de una falsa alarma.

Sin embargo, hacia las 16.10 horas se produjo el estallido, que abrió un cráter en el suelo y un agujero en el techo, por los que pasó una ola de fuego que abrasó y asfixió a empleados y clientes.

Por este atentado fueron condenados Domingo Troitiño y Josefina Ernaga a penas que sumaban más de 1.600 años de cárcel. El ex dirigente etarra Santiago Arróspide Santi Potros y al antiguo miembro del Comando Barcelona, Rafael Caride Simón, fueron condenados a 790 años de cárcel por ordenar y ejecutar, respectivamente, la matanza.