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Un presidente heterodoxo

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El presidente rumano, Traian Basescu, suspendido de sus funciones hace un mes por el Parlamento por supuesto abuso de poder, ha sido ratificado de forma abrumadora hoy por los votantes en un referéndum que decidía su futuro político.

El liberal Basescu, de 55 años ha logrado el 75 por ciento de los apoyos, mientras que el 25 por ciento de los votantes se han inclinado por su destitución, según la encuesta a pie de urna de Metro Media Transilvania.

Basescu asumió el cargo en diciembre de 2004 tras vencer en los comicios presidenciales con algo más del 51 por ciento de los votos, por lo que el resultado de hoy, de confirmarse de forma oficial, daría aún mayor legitimidad a un político que ha hecho de la lucha contra la corrupción una de sus banderas.

Tras recorrer durante doce años los océanos del mundo como capitán de la nave Almirante de la flota rumana, un petrolero tan grande como tres estadios de fútbol, el "comandante Basescu", como lo llaman sus seguidores, entró en la política tras la caída del comunismo en 1989.

Líder del Partido Demócrata (PD), Basescu es un hombre socarrón y espontáneo, que fue elegido sucesivamente, en 2000 y 2004, alcalde general de Bucarest.

El político más carismático de Rumanía

Su firmeza y honestidad, su risa sonora y contagiosa, su directa capacidad de comunicar con la gente y la fama de hombre que cumple lo que dice le han convertido en el político más carismático y valorado de Rumanía.

Fue jefe de la agencia naval rumana Navrom en Amsterdam entre 1987 y 1989, y en la década de los años 1990 fue ministro de Transportes en varios gobiernos de izquierda y de derecha.

Desde el primer día en que asumió la máxima magistratura del Estado, Basescu se definió como "un presidente jugador" y no como uno "decorativo", y que hizo de la lucha contra la corrupción su principal fin.

Después de las elecciones de 2004 quiso convocar las elecciones anticipadas dado que la mayoría de la alianza de centro derecha era muy frágil en el Parlamento, sin embargo, el primer ministro, Calin Popescu Tariceanu, se negó a seguirle en sus planes.

La enemistad con Tariceanu, al que Basescu acusó de pactar con los corruptos, condujo a la llamada "guerra entre los palacios", (en referencia a la sede presidencial y la del Gobierno) mientras los dos se acusaron de "mentir".

Sus "baños de masas"

Basescu, casado desde hace 32 años y padre de dos hijas, es una persona que se siente a sus anchas en plazas públicas y restaurantes, donde no vacila en bailar, hablar con la gente y darse "baños de masas".

El pasado 19 de abril, tras un procedimiento iniciado en febrero por el Partidos Socialdemócrata (PSD) y el ultranacionalista Rumanía Grande, Basescu fue suspendido en el Parlamento por un mes con el apoyo mayoritario de cinco formaciones políticas, tanto de la oposición como del Gobierno.

Durante la campaña, Basescu trató de convencer a los rumanos de que los motivos reales de su suspensión son su firmeza en la lucha contra la corrupción y su intención de limpiar la clase política de los restos del comunismo y de los servicios secretos 'Securitate'.

Sus adversarios, principalmente los gobernante liberales, que pactaron con los socialdemócratas de la oposición, presentaron a Basescu como un peligro para la democracia, un enemigo del Parlamento, un potencial dictador, y un factor de conflicto en la política.