Panathinaikos conquista la Euroliga ante su afición y contra el CSKA Moscú
El Unicaca de Málaga ha terminado tercero tras ganar por 76-74 al Tau Vitoria con una canasta decisiva de Marcus Brown
Actualizado:La Euroliga 2007 ha consagrado al Panathinaikos y al serbio Zeljko Obradovic en el olimpo de los campeones europeos, al que la formación griega ya ha subido tres veces bajo la batuta del técnico serbio y éste en media docena de ocasiones, la última, en Atenas, su propia casa, pese al derroche de calidad, juego y deseo del CSKA Moscú ruso, que defendía título y luchó por él con uñas y dientes de principio a fin (93-91).
El ganador de Praga 2006 perdió la ocasión de hacer doblete en la cima del continente por primera vez en la historia, pero hay que decir en su honor que enfrente tuvo a un equipo tocado por los hados. Obradovic y los verdes jugaron un encuentro extraordinario, implacable, tan sobresaliente que sometió al abundante arsenal de talento que los rusos reúnen en el técnico italiano Ettore Messina y una plantilla que sólo ha perdido tres partidos -final incluida- a lo largo de toda la competición esta temporada.
El CSKA cayó ante un rival enorme y ante una afición espectacular. También ante un entrenador enorme, un fagocitador de títulos que ya acumula seis y ha hecho campeones a cuatro equipos distintos: Partizan (1992), Joventut (1994), Real Madrid (1995) y, por tercera vez, al Panathinaikos (2000, 2002 y 2007). El 'Pao' es el nuevo rey de Europa. Obradovic es el rey de los banquillos continentales por mucho tiempo, puesto que ya aventaja en dos campeonatos a sus más inmediatos perseguidores.
Los griegos desplegaron todo el baloncesto que atesoran, que es mucho y del mejor. La línea exterior formada por Dimitris Diamantidis, Nikos Hatzivretas, el esloveno Sani Becirovic y el serbio Milos Vujanic los acribilló, los torturó con una eficacia demoledora, con un aplomo propio de los grandes campeones. Y así fue como el Panathinaikos levantó su cuarto entorchado europeo: a lo grande.
El Unicaja, tercero de la Euroliga
En el último segundo, al estilo de los grandes encuentros, a la altura de las circunstancias que exige una Final Four y con todo el mérito, el Unicaja ha clausurado su brillante temporada continental en el tercer escalón del podio después de ganar al Tau Vitoria por 76-74 gracias a la canasta decisiva de Marcus Brown.
El Unicaja, diezmado por los contratiempos físicos de Carlos Cabezas, Berni Rodríguez y los ya conocidos antes del torneo del puertorriqueño Daniel Santiago, afrontó el choque desde la confianza en la fuerza colectiva, en la defensa y en los recursos de pizarra. El Tau, también rebajado por la falta de los turcos Serkan Erdogan y Kaya Peker, lo planteó con el desafío de borrar la mala imagen ofrecida ante el Panathinaikos un par de días antes y mantenerse en el mismo puesto que obtuvo la campaña previa en Praga.
Rakocevic desapareció del choque después de anotar seis puntos en el arranque y el Unicaja cogió el timón sin que le temblara el pulso. Con poco más de medio cuarto por delante hasta la bocina (m.34), el Unicaja ya había regresado de las profundidades (65-62). Iba a pujar hasta el último aliento. Con todo (69-67 m.37). Dispuso de tres ocasiones para situarse por delante y marró las tres. Entonces llegó Brown y empató desde la línea de personal (69-69).
El tercer puesto, por tanto, buscaba dueño en el minuto y medio final. Brown surgió en el arco de triples (69-72); le replicó Pablo Prigioni (72-72); el francés Florent Pietrus palmeó un lanzamiento de Pepe Sánchez (72-74) y Luis Scola hizo pasos. El Unicaja atacaba, acariciaba el triunfo y falló frente al aro vasco, así que Prigioni igualó con 8,4 segundos por disputarse (74-74). Pero Marcus Brown no perdonó. El americano se lanzó hacia el aro y acertó en una penetración que convierte a los malagueños en el tercer mejor equipo del continente. Un éxito.