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Los indecisos meditan su voto al sucesor de Chirac en la presidencia francesa
Cerca de 44,5 millones de franceses están llamados a las urnas mañana aunque hoy ya están votando en las ex colonias
Actualizado: GuardarLos franceses reflexionan hoy sobre las elecciones presidenciales de mañana, en las que hay un alto número de indecisos que han de confirmar si el duelo en la segunda ronda será entre el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal o si optan por dar entrada a otro aspirante. Mientras, los electores de los territorios franceses de Ultramar han comenzado ya a votar.
De los doce candidatos que se han presentado a los comicios a la Jefatura del Estado, Francia elegirá mañana a dos que disputarán la segunda vuelta el 6 de mayo.
Sin embargo, poco más de un millón de franceses lo hacen a lo largo de hoy, sábado, en una medida que, aunque no lo parezca, pretende evitar una discriminación. Se trata de los departamentos franceses de Ultramar, como la Guayana, Martinica o Guadalupe, así como los nacionales que residen en el continente americano.
Aparte de ese millón de personas que pueden votar hoy, los comicios traen la novedad de que otro millón y medio de ciudadanos podrán votar de manera electrónica en 82 municipios dotados de una maquinaria adecuada.
Voto electrónico
La iniciativa parte de la idea de que votar con máquinas tiene ventajas de accesibilidad, ahorra papel y permite contabilizar los sufragios de modo más rápida, pero el caso ha originado polémica y algunas reticencias y recelos de varios partidos.
En el territorio continental francés los colegios abrirán a las 8,00 de la mañana (6,00 GMT) y se cerrarán a las 18,00, aunque funcionarán una hora más en ciudades como Dijon, Rennes o Tours y dos en grandes urbes como París, Marsella, Lyon, Toulouse, Burdeos y Estrasburgo. En total hay 85.000 oficinas de voto y hasta que no cierren las últimas los medios de comunicación no podrán publicar sondeos o estimaciones.
Temor a la abstención pese a la expectación
En total hay un censo electoral de 44,5 millones de personas (3,3 millones más que en 2002), invitados a votar en una jornada que se prevé soleada, lo que a veces favorece la abstención. En 2002 la participación en la primera vuelta alcanzó el 73 por ciento, la más baja desde que en 1965 se estableció la elección del presidente de la República por sufragio universal directo.
Los medios audiovisuales franceses preparan un intenso dispositivo para hacer el seguimiento de la noche electoral y justo cuando se superen las 20,00 horas harán publicas sus estimaciones de voto y contarán con invitados variados para comentarlas.
Sarkozy, en primer lugar
Los sondeos de los últimos días apuntan la existencia de casi un tercio de indecisos, mientras que otro estudio, hecho público el viernes por la tarde y elaborado por CSA-Cisco, aporta la novedad de que Le Pen supera por primera vez en dos meses a Bayrou y se sitúa en el tercer puesto.
Desde hace meses todas las encuestas dan en primer lugar a Sarkozy, que ha hecho gala de un discurso enérgico en el que se presenta como el hombre que quiere restablecer la autoridad del Estado, con especial énfasis en valores como la seguridad y el liberalismo económico.
Sarkozy no niega haber "derechizado" su discurso y ha suscitado polémicas por su pretensión de crear un Ministerio de la inmigración y la identidad nacional, pero también por citar en sus discursos a figuras alejadas de su conservadurismo, desde el socialista Jean Jaurés al líder por los derechos civiles Martin Luther King o el escritor Albert Camus.
Royal, la alternativa
La socialista Royal es la segunda en los sondeos, aunque es quien más puede temer quedarse fuera de la ronda definitiva, por lo que en el último tramo ha pedido directamente el voto de la izquierda y ha apelado a la necesidad de aplicar valores sociales y humanos a la política.
Con su concepto del "orden justo" y su deseo de que los franceses tengan una bandera en casa y sepan "La Marsellesa", Royal ha hecho algún guiño a un electorado moderado, pero en su programa hay un bueno número de propuestas de corte social y sus discursos apuestan por hacer suyo el voto tradicional socialista y el de quienes están más a la izquierda que ella.
Bayrou y Le Pen, tras la sorpresa
Gran sorpresa de esta campaña, François Bayrou ha tenido la habilidad de inventarse un espacio en el centro, aunque beneficiado por la derechización de Sarkozy y la apuesta por el voto de izquierda de Royal.
Criticado por su presunta falta de concreción en las propuestas, Bayrou ha tenido éxito en presentarse como una figura equidistante de los dos grandes partidos y reivindicar su condición de anti-sistema, favorecido por una imagen de hombre tranquilo que no suscita rechazo y que quiere unir a los franceses con un Gobierno con personalidades de diversas tendencias políticas.
Mientras tanto, Le Pen sueña con repetir la sorpresa de 2002, cuando accedió a la segunda vuelta en perjuicio del socialista Lionel Jospin, y ha mantenido su discurso tradicional contra la inmigración, aunque ha matizado sus críticas a Europa. Perjudicado por la derechización de Sarkozy, que le puede quitar votos, Le Pen se presenta también como candidato anti-sistema frente a sus tres rivales, que han ocupado carteras ministeriales.