Los 27 aprueban la declaración de Berlín en el 50 aniversario del Tratado de Roma
Los líderes europeos se han comprometido a buscar una solución a la crisis constitucional que bloquea la UE
BERLÍNActualizado:Hoy se cumple el 50 aniversario de la Unión Europea. Para celebrarlo, los 27 jefes de Estado de la UE han aprobado la llamada Declaración de Berlín, en el que se han comprometido a buscar una solución antes de las elecciones europeas de 2009 a la crisis constitucional que bloquea la UE desde hace dos años.
Los veintisiete gobernantes aparcaron durante unas horas sus divergencias sobre la fallida Constitución Europea y rememoraron con emoción la firma, hace 50 años, del Tratado de Roma, que lanzó el exitoso proceso de construcción europea. De este modo han apostado por "renovar los fundamentos comunes" para que esta Unión supranacional, única en el mundo, siga siendo fuente de paz, prosperidad y libertad.
El gran mercado sin fronteras, el euro y la reunificación continental han ido mucho más allá de los sueños más optimistas de los padres fundadores.
En el patio del Museo Histórico Alemán y frente a las cámaras de televisión, la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; y el del Parlamento Europeo, Hans-Gert Poettering, firmaron una declaración de un par de folios que supone la renovación simbólica de aquellos votos europeístas en un momento de dudas entre algunos políticos y desencanto entre los ciudadanos.
"El antídoto a nuestros males"
Europa ha cambiado mucho, ya no son seis sino veintisiete los socios, la democracia ha triunfado en el Este y el europeo de hoy es cincuenta veces más próspero que el de entonces, pero la unión continúa siendo una necesidad. Como ha dicho en su intervención el primer ministro italiano, Romano Prodi, el único gobernante invitado a hablar, "Europa es el antídoto a nuestros males".
La alusión de la canciller alemana a la necesidad de dar "una base renovada a los fundamentos comunes" de la UE de aquí a 2009, fecha de las próximas elecciones europeas, fue recibida con aplausos espontáneos.
Sólo el presidente polaco, Lech Kaczynski, reaccionó con semblante serio a esta velada invitación a desatascar el Tratado constitucional, que permanece bloqueado desde que franceses y holandeses lo rechazaron en sendos referendos en 2005.
En rueda de prensa posterior, Merkel concretaría su plan de trabajar de aquí a junio en la formación de una masa crítica de países favorable a la convocatoria de una nueva conferencia intergubernamental que vuelva a negociar algunos elementos de ese tratado de forma que pueda ser ratificado por todos, incluidas Francia y Holanda. Pero, ha advirtido, "lo que decidamos tendrá efectos duraderos, para bien o para mal. Un fracaso sería histórico".
"Historia de un éxito"
Aparte de celebrar "la historia de un éxito", como la ha calificado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, la Declaración de Berlín pretendía unir a los gobiernos europeos en el objetivo común de completar las reformas internas prometidas por la Constitución, aunque las diferencias impidieron que apareciera ninguna mención directa al Tratado constitucional.
"Con la unificación europea se ha hecho realidad un sueño de generaciones anteriores. Nuestra historia nos reclama que preservemos esta aventura para las generaciones venideras. Para ello debemos seguir adaptando la estructura política de Europa a la evolución de los tiempos", afirma la Declaración.
Y concluye: "Henos aquí, por tanto, cincuenta años después de la firma de los Tratados de Roma, unidos en el empeño de dotar a la Unión Europea de fundamentos comunes renovados de aquí a las elecciones al Parlamento Europeo de 2009. Porque sabemos que Europa es nuestro futuro común."