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Banquillo de los acusados en el juicio por el 11-M. / EFE
JUICIO del 11-M

El tedax que desactivó la «mochila de Vallecas» dice que la bomba no era como las de ETA

Asegura que "era sencilla pero muy ingeniosa"

AGENCIAS | MADRIDActualizado:

Todos los artificieros de la Policía que en la mañana del 11 de marzo de 2004 acudieron al apeadero de El Pozo de Tío Raimundo han defendido ante el tribunal que el tren atacado se revisó de arriba abajo cuatro veces, y que la única bomba que se localizó fue la encontrada por un policía municipal, que estalló cuando los expertos trataban de desactivarla.

Hasta cinco agentes han reconocido hoy que no puede explicarse cómo una de las mochilas de los terroristas acabó en la Comisaría de Vallecas sin que nadie se percatase de su existencia durante casi veinte horas. Mañana los policías que custodiaron los bultos recogidos en la estación deberán aclarar si fue posible -como defienden algunas tesis- que esa bolsa fuese introducida 'a posteriori' entre los elementos relacionados con el 11 -M.

Durante la jornada de hoy, el subinspector de la Brigada Provincial de Madrid de los Tedax ha afirmado que la estructura del artefacto explosivo que desactivó en el parque Azorín del distrito madrileño de Vallecas -conocida como 'mochila de Vallecas'- "no correspondía a las que utilizan otros grupos terroristas de carácter autóctono". Según su experiencia, la bomba era "similar" a las utilizadas en acciones terroristas en Oriente Medio.

El miembro de la unidad especializada en explosivos, que actuó como operador 1 en la desactivación de este artefacto, también ha relatado que tras intervenir en la bolsa "de manera manual" pudo apreciar que su composición "era absolutamente diferente" a otros mecanismos explosivos a los que estaba habituado a tratar durante su trayectoria profesional. "Era sencilla pero muy ingeniosa", ha rematado.

El subinspector de los Tedax ha explicado que procedió a la desactivación manual del artefacto porque suponía una "prueba fundamental" para la investigación, más aún teniendo en cuenta los resultados negativos de las acciones de desactivación de las bombas localizadas sin explosionar en Atocha y El Pozo. "No vi conveniente abordar la bomba como ellos", ha declarado con rotundidad para destacar que su intención era preservar los componentes del artefacto e impedir por todas las vías que explotara.

"Caos" y "miedo"

El miembro de los Tedax ha precisado que se optó por crear un dispositivo "improvisado" de traslado del artefacto -una caravana compuesta por tres vehículos, de los cuales uno portaba el explosivo y otro realizaba las funciones de guía ya que los agentes de Tedax no conocían el distrito- para localizar un lugar seguro para la inutilización del explosivo alejado "de edificios colindantes". Esta medida fue adoptada, según el testigo, porque "el caos" y el "miedo" generado por el desalojo de la población que habitada en las cercanías de la comisaria, sería contraproducente y "no conveniente" para la seguridad.

De hecho, cuando comunicó a los agentes de la comisaría madrileña que la bolsa sospechosa era finalmente un artefacto explosivo, relató la zozobra de los funcionarios ya que éstos le explicaron que habían transportado el artilugio "de cualquier manera", en el interior de un maletero. "No sabían que era una bomba", ha señalado.

Error en el empalme del cableado

A preguntas de la Fiscal Olga Sánchez sobre las razones po la que no explosionó este artefacto, el miembro de los Tedax ha afirmado que se debió a un "error incomprensible" en el 'empalme' del cableado. Los autores no habían recubierto con cinta aislante las uniones entre trozos de cable, por lo que en "cualquier momento de su manipulación" ha puesto como ejemplo hipotético el traslado del artefacto-, al carecer la juntura de los cables de ese refuerzo, se produjo "un cortocircuito" que impidió que el "impulso eléctrico" llegara al detonador.

El testigo ha afirmado a preguntas de la acusación particular que su impresión tras intervenir el aparato explosivo fue la apreciación de un contraste entre el buen trabajo realizado en la manipulación del teléfono móvil y la "pequeña chapuza" que se acometió en el 'empalme del cableado'. "Me dió la sensación de que allí hubo dos manos". Durante su comparecencia al tribunal, el testigo ha reiterado que tras su análisis e intervención del explosivo, apreció que "nunca" había visto una composición similar a la de la mochila de Vallecas.

La radiografía no aportó datos al momento

El siguiente testigo que declaró fue otro subinspector de Tedax, que también intervino en la desactivación de la mochila de Vallecas y en la recogida de restos del piso de Leganés, quien ha subrayado que la masa del explosivo hallada allí era la misma que la de la bolsa, y ha manifestado que entre los restos encontraron "restos humanos, sobre todo, y manojos de detonadores".

Ambos testigos han coincidido con el testimonio ofrecido hoy por el Tedax que desactivó directamente la mochila hallada en la estación de El Pozo y el número 66.618 ha indicado que la radiografía que realizaron al artefacto antes de desactivarla no aportó datos en ese momento, aunque ha dicho que más tarde sí.

En este sentido, y tras mostrarle la radiografía, ha señalado que vio dos rabizas sueltas y, al ser preguntado si ése pudo ser el motivo de que no explotara el artefacto, ha asegurado que "pudiera ser", aunque ha recordado que el peritaje posterior determinó que en el móvil estaban conectados.