Una imagen de la sala durante el juicio por el 11-M. /ARCHIVO
juicio | sesión N.º 13

La ex mujer y el cuñado de Almallah afirman que el procesado quería atentar contra las Torres Kio

Los dos testigos protegidos vinculan a varios de los procesados con el núcleo duro de la célula que ejecutó el 11-M

COLPISA | MADRID Actualizado: Guardar
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La ex mujer de Mouhannad Almallah y su ex cuñado, ambos testigos protegidos, han asegurado hoy, en la décimo tercera sesión del juicio del 11-M, que el procesado aseguró en otoño de 2002, un año después de los atentados del 11-S de Nueva York, que quería atentar contra las Torres KIO de Madrid.

La afirmación sólo es la más llamativa de las múltiples y duras acusaciones que los hermanos marroquíes dirigieron ante el tribunal contra Almallah y otros procesados, a quienes vincularon con el núcleo duro de la célula que ejecutó la masacre del 11-M y con el jefe del comando, Serhane ben Fakhet, 'el Tunecino'.

Los dos testigos, que por motivos de seguridad declararon fuera del campo de visión de los 29 procesados, confirmaron una por una todas las imputaciones y relaciones personales que el procesado negó hace varios días durante su interrogatorio. Explicaron que comparecían con mucho miedo a posibles represalias y, de hecho, dieron abundantes muestras de nerviosismo en sus respuestas.

La mujer fue más explícita y confesó al tribunal que "he recibido amenazas de personas que me decían que me iban a matar antes o después de hoy", pero aclaró que las coacciones "no me van a impedir decir la verdad". La testigo W-18, que se casó con Almallah en septiembre de 2002 en la mezquita madrileña de la M-30 y que se separó del sirio en marzo de 2003, explicó que su ex marido mostró su intención de destruir las Torres KIO cuando pasaban con el coche por debajo. "Me quedé asustada, porque no entiendo que una persona pueda hacer eso", añadió.

Necesidad de hacer la 'guerra santa'

Su hermano, que por orden del tribunal no pudo hablar con ella en los pasillos del edificio judicial para que no pudiesen comentar la declaración realizada en la sala, completó la narración. Señaló que Almallah le dijo en el coche, mientras cruzaban la madrileña plaza de Castilla: "No voy a estar nunca tranquilo hasta que caigan estas torres".

Los dos parientes marroquíes coincidieron en que tanto Mouhannad como su hermano Moutaz, extraditado a España la semana pasada desde Gran Bretaña por esta causa, participaban y promovían en un local suyo reuniones de la célula que cometió los atentados, en los últimos meses de 2002 y los primeros de 2003.

Según su testimonio, durante las reuniones, en las que estaban presentes el Tunecino y Mustafá Maymouni, encarcelado en 2003 por los atentados de Casablanca, así como otros jóvenes, se adoctrinaba a los participantes en la necesidad de hacer la 'guerra santa', de atentar contra intereses occidentales, se escuchaban canciones yihadistas y se comentaban vídeos de igual contenido.

La mujer de Almallah le denunció en 2003

Los testigos indicaron que en los vídeos se veían campamentos de muyahidines de Afganistán, matanzas y violaciones en Chechenia, torturas en el desierto, y que se oía la voz de Osama Bin Laden. El declarante varón añadió que los miembros del grupo hablaban de la necesidad de ayudar a los "hermanos" que luchan en otros países y se autodenominaban "hermanos de los mártires".

La mujer explicó que en enero y febrero de 2003 acudió a la Policía Nacional y denunció a su marido y a su cuñado porque "consideraba que eran unos terroristas". Le entregó a los agentes alguno de los vídeos que se veían en las reuniones y otros del imán yihadista Abú Qutada, el representante espiritual de Al Qaeda en Europa, que su marido veía durante horas por las noches.

Las amistades peligrosas de Zougam

El ex cuñado de Almallah no sólo incriminó hoy a Mouhannad y a Moutaz sino que también aseguró que Jamal Zougam, uno de los presuntos autores materiales del 11-M, "era muy amigo" de Serhane el Tunecino y de Mustafá Maymouni y que, a principios de 2003, los tres "estaban siempre juntos" en la mezquita de la M-30 y en la de Estrecho. De hecho, es la primera persona, además de los acusadores y de la Policía, que asegura en el juicio que Zougam tenía una intensa relación con los jefes de la célula terrorista. Algo que el presunto autor material negó de forma tajante en su declaración, en la segunda sesión del juicio, en la que negó conocer al Tunecino.

El testigo también señaló que Zougam era "buen amigo" de su ex cuñado. Narró que cuando estuvieron en Tánger, en agosto de 2002, ambos se encontraron en la calle con Zougam, que ellos charlaron y que quedaron para verse al día siguiente en un café céntrico de la ciudad marroquí, cosa que hicieron. Zougam y Almallah, que nunca negaron el encuentro en el café, sí afirmaron sin embargo que fue algo casual y que sólo se saludaron porque se conocían de vista del barrio de Lavapiés. Ambos negaron ser amigos ni mantener relación alguna.