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Los Reyes inauguran en Atocha el monumento a las víctimas del 11-M
La escultura, de 11 metros de altura, tiene una sala en la que se podrán leer los mensajes de recuerdo escritos tras los atentados
MADRID Actualizado: GuardarLos Reyes Juan Carlos y Sofía han presidido hoy la solemne inauguración del monumento a las víctimas de los atentados terroristas del 11-M. La obra, un gran cilindro de vidrio al que se accede desde el interior de la estación de Atocha, acoge en su interior los nombres de las 191 personas asesinadas y los mensajes de solidaridad dejados en su memoria por familiares, amigos y ciudadanos.
A la ceremonia, que ha coincidido con el tercer aniversario de la masacre, han asistido los Príncipes, el presidente del Gobierno, el líder del PP y representantes de las altas instituciones del Estado.
El acto ha sido sobrio y sencillo, sin discursos, y apenas ha durado diez minutos. Junto a la estación de Atocha, a mediodía del domingo, se dieron cita 1.500 ciudadanos, entre los que había afectados por los atentados y familiares, así como 150 autoridades y diplomáticos de los 23 países de origen de las víctimas mortales.
El Ejecutivo estuvo representado por José Luis Rodríguez Zapatero; la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, y los ministros de Justicia, Defensa, Exteriores, Economía y Fomento. Con ellos, los presidentes del Congreso y el Senado y de los tribunales Supremo y Constitucional, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
Tres minutos de silencio
El presidente del Gobierno y los miembros de la Familia Real llegaron a la explanada que acoge el monumento minutos antes de que comenzara la ceremonia, y fueron recibidos con aplausos por algunas personas situadas en la zona donde estaban los familiares de las víctimas. Después, en cuanto las autoridades ocuparon sus puestos, entraron en escena dos policías municipales vestidos con traje de gala, que en silencio trasladaron una gran corona de laurel hasta la base del monumento, donde el Rey se encargó de depositarla. Los asistentes guardaron entonces tres minutos de silencio en recuerdo de los fallecidos.
Mientras eso sucedía, una pantalla gigante ofrecía a los congregados imágenes del interior de la escultura, donde un panel muestra los nombres de todas las personas asesinadas. Concluido el momento de duelo, cuando los Reyes se retiraban hacia la tribuna de autoridades sonó en la explanada un nutrido aplauso, que partió de la zona donde estaban ubicadas las víctimas, y al que luego se sumaron el resto de autoridades.
Una escultura de 11 metros de altura
El violonchelista Antonio Martín Acebedo interpretó a continuación la obra musical 'El Cant dels Ocells' (El canto de los Pájaros), del compositor catalán Pau Casals, que acaparó, junto al silencio, todo el protagonismo de la ceremonia. A su fin, de nuevo estalló un sonoro aplauso y los Reyes y los Príncipes saludaron desde lejos a las víctimas, que contestaron con algún grito aislado de 'viva el Rey'. Después, los miembros de la Familia Real descendieron hasta al vestíbulo de la estación de Atocha para visitar el interior del monumento, y después hicieron lo mismo multitud de afectados por los atentados.
La escultura está compuesta por una cúpula cilíndrica, aunque irregular, de 11 metros de altura, construida con bloques de vidrio de 30x20x7 centímetros. Debajo hay una gran sala, bautizada por sus diseñadores con el nombre de 'Vacío Azul', desde la que se pueden leer, en función de los cambios de la luz natural, los mensajes dejados en varios idiomas por los miles de ciudadanos que acudieron tras la masacre a la estación de Atocha a testimoniar su dolor y su respeto por las víctimas.
A la entrada de esa sala, en un panel cubierto de cristal, figuran grabados los nombres de los 191 asesinados. Fue el lugar donde se produjeron las escenas más emotivas del día cuando, a medida que llegaban, los familiares buscaban el nombre de su ser querido para después besarlo o acariciarlo. Algunos no pudieron contener las lágrimas.
Un diseño que "no tiene sentido"
El diseño exterior del monumento -obra del estudio de arquitectos FAM- no ha agradado a primera vista a muchas de las víctimas y a sus familiares, lo mismo que a muchos de los ciudadanos que acudieron a visitarlo. "No tiene ningún sentido", ha asegurado una mujer que decía haber perdido a un familiar en la matanza; "me gusta más el del Retiro", afirmaba su acompañante en referencia al llamado 'Bosque de los Ausentes' plantado en el parque madrileño en honor de los asesinados.
"No dice nada", "sólo son unos cristales pegados con silicona" y "parece un depósito de agua", han sido otros comentarios repetidos. Una persona que nada tenía que ver con los afectados ha opinado que "el dinero que se han gastado en eso, mejor que se lo hubieran dado a las víctimas". Una portavoz del Ayuntamiento, organismo que financió la obra a partes iguales con el Ministerio de Fomento, ha declarado, sin embargo, que el consistorio estaba satisfecho por ser "una cosa moderna, diferente".