
Un infiltrado exculpa a parte de los acusados, implica a la policía y vincula a ETA con la masacre
Una inspectora de la UCI afirma que los autores de los atentados fueron trece y recibieron apoyo de otras personas
Actualizado: GuardarEl testigo protegido 11.304, conocido por el apodo de 'Cartagena', imán de la mezquita de Villaverde que se infiltró durante años en los principales círculos islamistas de Madrid y desveló la existencia de tramas 'yihadistas', ha acudido hoy a la cita con el tribunal del 11-M con el firme propósito de llevarse por delante a la Unidad Central de Información Exterior (UCI-E), la división policial a la que informaba y que se ocupó de la investigación de la masacre.
El religioso tuvo una participación fundamental en el desmantelamiento de células radicales precursoras de la de los atentados de Madrid, pero el 1 de diciembre pasado se retractó de todo, por carta, ante el juez que investigó los atentados. Hoy, ha vuelto a abjurar de dos años de declaraciones, ha tratado de exculpar a parte de los acusados y ha querido alimentar las sospechas sobre la supuesta vinculación de ETA con la matanza de los trenes de cercanías.
El antiguo confidente se ha presentado como una víctima de los policías. "Ahora ya no tengo miedo, ni de ellos ni de nadie", ha aseverado. Los agentes de Información, según su relato, le amenazaron en 2001 con expulsarle del país para obligarle a colaborar. Además, ha afirmado que manipularon todas las declaraciones que realizó sobre sus averiguaciones para introducir unos nombres (como el de Jamal Zougam, procesado como autor material) y quitar otros. Ha añadido que incluso le obligaron a mantener reuniones previas a sus comparecencias judiciales para darle instrucciones sobre lo que debía decir de cada uno de ellos.
El aparatoso cambio de actitud de Cartagena provocó las suspicacias del Ministerio Público y gran parte de las acusaciones. La fiscal Olga Sánchez, que realiza sus interrogatorios con tono tranquilo, le preguntó con creciente fiereza hasta tres veces si había recibido amenazas para modificar sus declaraciones: "¿No es cierto que ha sido amenazado por personas imputadas por esta causa que quedaron en libertad?", le ha espetado con visible enojo. "Es incierto, porque salgo con escolta, he cambiado de número de teléfono y dirección de internet, y vivo en otra casa", ha contestado poco antes de confesar que no tiene trabajo y que, como testigo protegido, el Estado le mantiene.
Amistades sospechosas
La declaración de 'Cartagena' ha hecho las delicias de los partidarios de la llamada 'teoría de la conspiración' que, hasta ahora, no había encontrado ningún apoyo para sus tesis. El confidente ha afirmado que Mohamed Achraf -acusado de intentar volar con un atentado suicida la Audiencia Nacional- le contó que había entablado amistad en la cárcel con Juan José Rego Vidal, condenado por intentar matar al Rey en Baleares.
El etarra, ha dicho, le dio una lista de teléfonos de terroristas. "Le manifestó que si necesitaba ayuda no dejase de llamar a esas personas", ha mantenido. En una reunión posterior de varios islamistas, en que estuvo presente el huido por el 11 -M Saed Berraj, también se propuso contactar con los terroristas vascos.
La tensa comparecencia del antiguo infiltrado dejó en la sala un ambiente revuelto. Gustavo Boyé, letrado de una acusación particular, pidió una copia testimoniada de su declaración para estudiar si presenta una querella de falso testimonio contra el testigo. Algo que, según fuentes jurídicas, no podrá hacer hasta que el tribunal dicte sentencia.
Declaración de una inspectora
Una inspectora de la Unidad Central de Información ha afirmado, durante el juicio por el 11-M, que su sección ha manejado siempre la hipótesis de que los autores materiales que colocaron los explosivos en los trenes de cercanías fueron 13. Además, ha indicado que, aunque no puede confirmarlo con datos objetivos, no descarta que fueran apoyados por varias personas para realizar labores de "vigilancia".
Durante su comparencia como testigo protegido, también ha precisado que pudo haber un tercer coche utilizado para transportar a los miembros de la célula terrorista a Alcalá de Henares u otros puntos y el material explosivo que no ha sido localizado. Ha destacado que uno de los coches que sirvieron para el traslado, el Skoda Fabia, no fue localizado hasta meses después de los atentados cuando la empresa propietaria encontró en el maletero una funda de pistola y avisó a las autoridades.
La inspectora, que actúa como analista de los atentados, ha especificado además que tanto en la casa de Leganés -donde se suicidaron el 3 de abril siete terroristas integristas-, como en la finca de Morata de Tajuña -utilizada para preparar los explosivos usados en la masacre-, las fuerzas de seguridad del Estado localizaron material genético correspondiente a personas anónimas no identificadas.
La importancia de 'el Chino'
La inspectora ha destacado además la importancia de la figura de Jamal Ahmidan el Chino, que tenía el sueño de luchar por el islam en el mundo y en concreto deseaba desplazarse a Afganistán para llevar a cabo la yihad. La policía mencionó que Ahmidan, según las investigaciones tenía un "perrito" al que había llamado Al Afgani -en referencia a su país de elección para llevar a cabo la lucha.
Además, ha especificado que Al Qaeda funciona como "una red, una estructura en tela de araña" y que sus células o grupos actuán con carácter autónomo, siguiendo una directiva marcada a través de comunicados o fatuas. "No se trata de una organización terrorista del estilo de ETA que desgraciadamente estamos obligados a sufrir".
Descartados vínculos con ETA
La sesión de hoy examina los presuntos vínculos entre la banda terrorista ETA y la célula islamista que cometió los atentados de Madrid. Así, el séptimo testigo, el policía que hizo la inspección ocular de la furgoneta Renault Kangoo en la que los terroristas trasladaron las bombas que colocaron en los trenes, ha declarado hoy que, tras observar el vehículo desde el exterior y comprobar que las matrículas eran las originales, pensó que ése no era el "modus operandi" de ETA.