Gorka Vidal, Izkur Badillo y Benat Barrondo, a su llegada a la Audiencia. / REUTERS
la lucha contra eta

La Fiscalía rebaja en 10 años la petición de pena para los etarras de la «caravana de la muerte»

Considera acreditado que pretendían "causar un gran pánico" en Madrid con la colocación de una furgoneta bomba

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La fiscal Blanca Rodríguez ha rebajado hoy de 39 a 29 años de prisión la petición de pena para cada uno de los tres integrantes de la llamada " caravana de la muerte" detenidos cuando se dirigían a Madrid en una furgoneta cargada de explosivos para cometer un atentado en la capital días antes del 11-M.

En el juicio, que ha quedado hoy visto para sentencia en la Audiencia Nacional, la fiscal ha justificado la modificación de sus conclusiones provisionales diciendo que un delito de tentativa de terrorismo y el de tenencia de explosivos que imputa a los procesados son "dos mismos hechos que constituyen un único delito", a lo que se ha adherido la acusación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).

Por ello, la fiscal subsumió el delito de tenencia de explosivos en otro de estragos terroristas en grado de tentativa de los que acusaba a los tres y solicitó la pena máxima de 10 años de cárcel, además de otros 9 por otro intento de atentado en la estación de Baqueira Beret y 10 más por pertenencia a banda armada.

Durante su informe, la representante del Ministerio Público consideró probada la participación en los hechos de los tres acusados, dos de los cuales -Gorka Vidal e Izkur Badillo- han sido citados para declarar como testigos en el juicio del 11-M que comenzará el próximo día 15.

Además, insistió que está probada la pertenencia a ETA y su participación en los hechos de Beñat Barrondo, que aseguró ayer que sólo había estado vinculado a la banda durante quince días y a quien sus dos compañeros intentaron exculpar en la primera jornada del juicio.

Historia de los hechos

Según el Ministerio Público, tras decidir integrarse en ETA, Vidal, Badillo y Barrondo acudieron en mayo de 2003 a una cita en Francia con el dirigente etarra Gorka Palacios Alday, quien les encomendó "una acción en la estación de esquí de Baqueira Beret, consistente en la colocación de explosivos en las pistas", lo que no llegaron a realizar por un temporal de nieve.

Posteriormente, Garikoitz Aspiazu, "Txeroki" les encargó llevar a cabo un atentado en Madrid, mediante la colocación de una furgoneta-bomba", cargada con 506 kilos de cloratita y 30 de dinamita Titadyne, "dejando a su elección el objetivo concreto de ubicación, que debían fijar atendiendo a su seguridad" y con la intención de "crear pánico", indicó la fiscal.

Agregó que el 28 de febrero de 2004 emprendieron viaje a Madrid y mientras Vidal fue el encargado de conducir la furgoneta, Badillo hizo de 'lanzadera' en otro vehículo y Barrondo se encargó de adquirir los teléfonos móviles a través de los que se iban a comunicar. Los tres presuntos terroristas -señaló- no llegaron a su destino a causa de un accidente que sufrió Badillo en Taravilla (Guadalajara), tras lo que fueron detenidos.

Declaraciones de peritos

En la sesión de hoy declararon varios peritos de la Policía y la Guardia Civil, uno de los cuales explicó que por la cantidad de explosivo que llevaba la furgoneta, las consecuencias habrían sido devastadoras en caso de que hubiera estallado.

Para Blanca Rodríguez, los tres acusados deben ser condenados porque no desistieron voluntariamente de perpetrar el atentado sino porque tuvieron "mala suerte" por el temporal de nieve que provocó el accidente. "Ellos mala suerte y el resto del pueblo buena suerte" - dijo la fiscal en referencia a la sociedad española.