El menor detenido ayer en Turquía confiesa el asesinato del periodista armenio
La información que facilitó el arresto fue proporcionada por su padre
Actualizado: GuardarEl adolescente detenido a última hora de ayer por las autoridades turcas ha confesado hoy domingo haber asesinado al periodista Hrant Dink, durante el interrogatorio inicial, según ha informado uno de los fiscales a la agencia de noticias Anatolia.
Ogun Samast fue detenido cuando viajaba a bordo de un autobús en la ciudad de Samsun, en la costa del Mar Negro, gracias a la información proporcionada por su padre, ha informado el gobernador de Estambul, Muammer Guler, quien ha revelado que la Policía está trasladándole ya a Estambul para ser interrogado, al igual que otros seis sospechosos detenidos en Trabzon.
La Policía investiga ahora si el presunto asesino actuó sólo o si está vinculado a algún grupo. El sospechoso se dirigía aparentemente a la vivienda de su familia, situada en la ciudad de Trabzon, también en la costa del Mar Negro.
La detención de Samas se produjo justo 32 horas después del asesinato de Dink, el redactor jefe del semanario Agos, una de las publicaciones más importantes en lengua armenia. Dink recibió tres tiros ayer cuando se disponía a entrar en la sede del semanario, ubicada en Estambul.
Según la fuente, el presunto asesino ha declarado que antes de cometer el crimen trató de entrevistarse con el periodista en la redacción de su periódico, pero no le encontró. Más tarde volvió y le vio salir de una entidad bancaria, momento en el que, según ha confesado, "me acerqué a un metro de distancia por detrás y le disparé, no me arrepiento".
Los familiares creen que hay más gente involucrada
El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, se ha mostrado satisfecho tras conocer la detención del joven apenas un día después del crimen. Por otra parte, familiares de Ogun han asegurado que no podía haber cometido el asesinato solo y han expresado la convicción de que hay "otras personas detrás".
Dink, de 53 años y descendiente de armenios, había sido juzgado en varias ocasiones por denunciar el genocidio de los armenios a principios del siglo XX. También había recibido amenazas de muerte de grupos nacionalistas, que lo consideraban un traidor a Turquía.
