Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Estado en el que quedó el aparcamiento de la T4 de Barajas tras el atentado etarra. /Archivo
unos 42 millones en daños

Finalizan las tareas de desescombro en Barajas sin rastro de la furgoneta de ETA

Los TEDAX confirman que el artefacto de Barajas es uno de los tres más potentes explosionados nunca por ETA

COLPISA | MADRID
Actualizado:

La Policía Científica no ha encontrado resto alguno reconocible de la furgoneta-bomba Renault Express con la que ETA voló el módulo D del aparcamiento de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas el 30 de diciembre.

A pesar de que los ingenieros y técnicos dieron por terminados ayer los trabajos de desescombro después de retirar más de 25.000 toneladas de materiales, los agentes se niegan a tirar la toalla y ahora rastrean entre la chatarra de los restos de los vehículos.

Según explicaron este fin de semana fuentes de la investigación, se trata de una "labor ingente": hay restos de unos 1.300 los automóviles, prácticamente irreconocibles, que se amontonan en el denominado aparcamiento P-12 de Barajas (un estacionamiento para trabajadores del aeropuerto). Mientras los peritos todavía valoran los daños de los turismos convertidos en amasijos de hierros, los funcionarios de Científica, por turnos, tratan de buscar piezas de lo que fue la furgoneta usada por los terroristas.

Mandos de la Policía explicaron, no obstante, que se ha descartado "casi prácticamente" poder identificar algún componente de la Renault Express, ya que son decenas los vehículos "desintegrados" durante la tremenda explosión, empezando por la furgoneta-bomba. Además, señalaron los expertos, emplear más tiempo y esfuerzo en encontrar algún resto de ese vehículo tampoco va a servir para avanzar en la investigación.

Más de 500 kilos de un explosivo sin determinar con exactitud

La Policía Científica, tras más de 200 análisis recogidos en los estratos del aparcamiento, reconoce que estas pruebas nunca servirán para determinar la composición exacta de la bomba. Las estimaciones -recordaron- han fijado que el artefacto estaba fabricado a base de un componente inorgánico (probablemente nitrato amónico), lo que hace pensar que se trataba amonal o amosal, al que se añadieron unos 200 kilos de explosivo tipo 'hexógeno' para reforzar.

El cálculo final apunta a que la bomba estaba compuesta por más de media tonelada de explosivo, lo que confirmaría que el de la T4 está entre los tres artefactos de mayor potencia que ETA haya hecho explosionar nunca. La bomba de Barajas -aseguran los TEDAX- sólo es comparable a otros dos artefactos de la banda terrorista: los 500 kilos de amonal y trilita utilizados contra la Casa Cuartel de Llodio (Álava) en junio de 1989 y la bomba de media tonelada de amonal usada para atentar contra la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid en noviembre de 1988.

Cerca de 42 millones de euros en daños

Entre tanto, los técnicos del Consorcio de Compensación de Seguros y de AENA intenta cerrar una cifra sobre el coste material del atentado. El consorcio durante la última semana ha elevado sus estimaciones (a la baja) a unos 42 millones de euros (30 en la reconstrucción del módulo D y unos doce millones en daños en casi 2.100 coches, muchos de ellos de alta gama).

Los cálculos de los responsables de Barajas son algo menores, aunque siempre provisionales. Esperan gastar unos 27,5 millones de euros en volver a edificar el módulo casi en su totalidad, cuya construcción inicial costó 30 millones. Dragados, sin concurso previo y por el procedimiento de urgencia, ha sido designada como principal encargada de la obra con un presupuesto de 24,5 millones. Otras empresas completarán la reconstrucción con contratos sobre los tres millones de euros.

Esta previsto que el módulo D esté concluido para mediados de septiembre. Entre tanto, los restantes cinco aparcamientos tendrán disponibles unas 6.800 plazas de estacionamiento. Esta semana ha sido la primera en la que han funcionado con normalidad todos los aparcamientos de la Terminal 4, a excepción del módulo D.

Los trabajos continúan en el interior de la terminal, sobre todo para reparar los grandes vidrios de la fachada principal. Además de la rotura de los cristales, la onda expansiva deformó algunas estructuras que tienen que volver a ser ajustadas para colocar los nuevos paneles.