El cuerpo de Hrant Dink yace en una calle de Estambul. / REUTERS
conmoción en turquía

Conmoción en Turquía por el asesinato de un periodista defensor de la causa armenia

Hrant Dink había sido condenado varias veces por "difamar la nación turca"

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las autoridades turcas han detenido a dos sospechosos del asesinato del periodista de origen armenio Hrant Dink, muerto tras recibir cuatro tiros -dos de ellos en la cabeza- en Estambul.

El arresto se ha practicado a pocos kilómetros del lugar donde se ha cometido el asesinato, ante la oficina del semanario Agos, dirigido por Dink, que contaba 52 años.

El comisario responsables de Ampliación, Olli Rehn, ha expresado su "estupor y tristeza" tras conocer la noticia del "brutal acto de violencia" que ha terminado con la vida del periodista.

"Estoy impresionado y entristecido por este brutal acto de violencia. Hrant Dink fue un respetado intelectual que defendió sus opiniones con convicción y contribuyó a un debate público abierto. Fue un defensor de la libertad de expresión en Turquía. Confío en que las autoridades turcas investiguen a fondo este crimen y lleven a sus autores ante la justicia", ha comentado.

El periodista había sido juzgado en su país en varias ocasiones por aludir al genocidio armenio, es decir, la muerte de más de un millón de miembros de esta comunidad por los turcos durante la I Guerra Mundial.

Además había sido condenado varias veces por "difamar la nación turca", la última vez en octubre de 2005 cuando lo sentenciaron a una pena de seis meses de cárcel condicional.

Turquía, conmocionada

Tras conocerse la muerte del periodista, que ha conmocionado a buena parte de la sociedad turca, se han reunido numerosos armenios y periodistas en el lugar de los hechos para aplaudir en su honor y en repudio de su asesinato.

Considerado el intelectual armenio más importante del país, Dink era además columnista del diario liberal Birgun. Había recibido en Hamburgo (Alemania) el premio "Henri-Nannen" para la libertad de prensa, mientras que en su propio país se enemistaba sobre todo con los círculos más nacionalistas.

Según los analistas, su muerte podría echar por tierra todos los intentos de reconciliar a los turcos y su minoría armenia, que cuenta en la actualidad con unas 70.000 personas.