Awad Hamad al Bandar, presidente del Tribunal Revolucionario durante el régimen de Sadam. /REUTERS
Awad Hamad al Bandar

El juez ejecutor

Pasará a la historia por ser el juez que firmó 148 sentencias de muerte por el atentado fallido de 1982 contra Sadam en la aldea chií de Duyail

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Awad Hamad al Bandar, quien fue ejecutado hoy, pasará a la historia por ser el juez que firmó 148 sentencias de muerte como presidente del Tribunal Revolucionario que juzgó a los supuestos implicados en el atentado fallido de 1982 contra Sadam Hussein en la aldea chií de Duyail.

Bandar, que fue condenado a muerte precisamente por el "caso Duyail", nació en 1944, se graduó en Derecho a mediados de los sesenta, y poco después ocupó distintos cargos judiciales en el sistema jurídico iraquí sin especial relevancia, hasta que fue llamado al Palacio Presidencial por el presidente Sadam Hussein, que se había hecho con el poder en 1979.

Cuando Sadam sufrió el primer atentado en Duyail, del que salió ileso, encargó a Bandar que presidiera el Tribunal Revolucionario que juzgaría a todos los supuestos implicados en el intento de asesinato. Cientos de personas, todos chiíes de la ciudad de Duyail, fueron procesados en aquel juicio sumarísimo que se celebró en la ciudad de Bagdad. Al juez Bandar no le tembló la mano para enviar al patíbulo a 148 personas.

Esta fue la primera matanza organizada del régimen de Sadam, y fue vista como una sentencia claramente politizada, dictada como un escarmiento para todos aquellos que osaran interponerse en el camino de Sadam.

Sin arrepentimiento

Sin embargo, durante el juicio por aquellos hechos, Bandar ha insistido en la legalidad y justicia del proceso y ha recordado que todos los juzgados tuvieron derecho a la apelación, por lo que no había nada que reprocharle. Según Bandar, los 148 condenados a muerte confesaron su participación o implicación en el atentado contra Sadam, por lo que sus ejecuciones estaban justificadas.

Awad Hamad al Bandar no volvió a tener otra responsabilidad de importancia durante los veinte años siguientes del régimen de Sadam, y de hecho su nombre ni siquiera aparecía entre los 55 de la famosa baraja de "los más buscados" del régimen, que puso en circulación el gobierno estadounidense. Detenido en fecha desconocida tras la caída de Sadam, Al Bandar apareció más tarde ante las cámaras de televisión cuando compareció ante los jueces por el "caso Duyail", y jamás se mostró arrepentido de haber dictado una condena de muerte masiva.