Machala entierra entre lágrimas, dolor e indignación a la segunda víctima de ETA
El sepelio de Diego Armando Estacio, de 19 años de edad, se ha realizado entre recuerdos de su alegre carácter y el rechazo a los actos terroristas
Actualizado:En medio del dolor, indignación y lágrimas, familiares, amigos y vecinos de Machala han enterrado hoy a Diego Estacio, uno de los ecuatorianos muertos en Madrid en el atentado de ETA, una banda que, según la madre de la víctima, está integrada por gente "que no tiene corazón".
El sepelio de Diego, de 19 años de edad, se ha realizado entre recuerdos de su alegre carácter, del rechazo a los actos terroristas y de un inmenso dolor "por la injusticia de la muerte de un inocente".
En la misa en la catedral de Machala, en la que el ataúd lucía un gran cartel que rezaba "Te queremos Diego", con firmas de amigos de Estacio, la vicealcaldesa, Patricia Enríquez,ha pedido que esta situación sea "un instrumento de paz" para que se eviten mayores dolores.
La pena del velatorio y de la misa en la catedral se ha agudizado en el cementerio al enterrar el ataúd, en cuya tapa una gran foto de Diego recibía el último beso de familiares y amigos que bañaban el féretro con lágrimas y pétalos de rosas.
Globos como símbolos de paz
Con el lanzamiento de globos blancos se ha pedido paz en el mundo y se ha condenado el terrorismo.
Las altas temperaturas no han impedido a decenas de personas acompañar en el sepelio a los Estacio, que, al igual que la familia Palate, del centro andino de Ecuador, ha perdido a un hijo en el atentado de ETA el pasado 30 de diciembre en el aeropuerto de Madrid.
Crítica de su padre al Gobierno de Ecuador
"Esperamos que termine el terrorismo en España porque también hay mucha gente inmigrante allá", ha dicho Avelino Sivisapa, de 58 años, abuelo de Carlos, que le recuerda como "juguetón" y amante del fútbol.
Avelino, que vive solo en Ecuador, vio por última vez a su nieto hace seis años, y recuerda que Diego le dijo que la gente en España "era muy buena, pero nunca me habló del terrorismo".
Winston Armando, padre de Diego, que vive en Madrid y viajó al velatorio, se ha lamentado de la muerte de "inocentes", ha agradeciódo el apoyo del Gobierno de España y ha recriminado la ausencia del de Ecuador. "Ni siquiera (han llamado) para saludarnos ni para nada, con eso digo todo", ha dicho.
Winston Armando, de 42 años de edad, ha afirmado que su hijo era "muy cariñoso, atento, tenía muchos amigos en España" y había planeado comprarse un piso, conseguir un trabajo mejor y sacarse el carné de conducir.