George Bush saluda a Tony Blair durante la rueda de prensa que ofrecieron tras su encuentro en la Casa Blanca. /EFE
reunión en washington

Bush y Blair comienzan a diseñar un nuevo plan para Irak

Han dejado claro que no seguirán al pie de la letra las 79 recomendaciones del Grupo de Estudio sobre Irak

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El presidente de EEUU, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, han abordado cómo dar un "nuevo enfoque" a su estrategia en Irak, un día después de que el llamado "Grupo de Estudio" divulgara su informe de recomendaciones para encauzar la guerra. Esa comisión bipartidista independiente alertó en su informe de que la situación en Irak es grave y se deteriora.

El presidente de EEUU ha dicho, tras reunirse con Blair, que está de acuerdo en que "la situación está mal en Irak" y en que "necesitamos un nuevo enfoque". Precisamente por ello, le ha encargado al Pentágono que haga su propio análisis en torno a la guerra y a los posibles pasos a seguir, algo que también efectúa el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional.

Una vez que cuente con los resultados de todos esos análisis, los estudiará, junto con las recomendaciones de la comisión bipartidista, tomará las decisiones que considere oportunas y -según ha dado a entender- las anunciará en un discurso convocado específicamente para ello.

De momento, Bush y Blair no han aclarado mucho en torno a cuál puede ser el nuevo rumbo que están de acuerdo en lanzar.

El informe "marca el camino"

Sí han dejado claro que no seguirán al pie de la letra las 79 recomendaciones de la comisión encabezada por el ex secretario de Estado de EEUU James Baker y el ex representante demócrata Lee Hamilton. Los dos aliados coinciden en que el informe de dicha comisión marca "un camino hacia adelante importante" pero, tal y como aclaró Bush, "no creo que Jim Baker y Lee Hamilton esperen que aceptemos todas sus recomendaciones".

Bush ha dado a entender que está totalmente de acuerdo con una de ellas, la que plantea que la solución al conflicto iraquí está vinculada a una solución del conflicto árabe-israelí.

En este sentido, el secretario general de la Liga Árabe, el egipcio Amro Musa, que se reunió ayer con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, lanzó un llamamiento para que EEUU recupere el papel de "mediador imparcial" en el conflicto. "En un momento dado, EEUU perdió esa categoría, pero sigue teniendo abierto ese papel de mediador imparcial".

Opuestos al diálogo directo con Irán y Siria

Aunque el empuje a la solución del conflicto árabe-israelí sí parece que goza de las simpatías de Bush, hay otra propuesta que el presidente no parece dispuesto a aceptar: abrir un diálogo directo con países de la región, como Irán y Siria, para involucrarlos en una salida a la actual ola de violencia en territorio iraquí. "Los países que participen en esas conversaciones no deben financiar el terrorismo, deben ayudar a una joven democracia a sobrevivir".

El líder británico, quien siempre defendió la implicación de otros países en la búsqueda de soluciones para Irak, ha reconocido que Irán plantea problemas, porque "ha estado armando, apoyando y financiando el terrorismo".

Ambos coinciden también en que el Gobierno iraquí, presidido por el primer ministro Nuri al-Maliki, debe seguir contando con todo el apoyo posible para poder lograr su objetivo de dirigir un país democrático, que pueda defenderse y que sea un aliado fuerte contra el terror.

Los dos mandatarios han manifestado que el éxito del conflicto iraquí depende del éxito de una batalla mucho más amplia, la de los moderados y los defensores de la libertad contra los extremistas y los partidarios del sectarismo en todo Oriente Medio. Bush ha reconocido que es un momento difícil para EEUU y el Reino Unido, pero asegura que su alianza no va a debilitarse por muy complicado que sea el reto que tengan por delante.