La Audiencia juzga a los etarras que atentaron contra el socialista Eduardo Madina
La víctima asegura que el atentado le ha dejado secuelas en "las piernas, en las manos y en el corazón"
Actualizado: GuardarEl ex dirigente de las Juventudes Socialistas y actual diputado del PSOE Eduardo Madina ha asegurado que si la bomba lapa que le adosó al coche un comando de ETA hubiera estado bien colocada y él hubiera tenido menos altura -mide algo más de 1,90 metros- hoy estaría muerto.
Madina ha hecho esta afirmación durante su declaración como testigo ante el tribunal de la Audiencia Nacional que hoy ha comenzado a juzgar a dos presuntos integrantes del comando que perpetró el atentado contra él el 19 de febrero de 2002, en el que perdió una pierna. "Cuando alguien pone una bomba en un coche lo que busca es matar y estoy vivo, con lo cual deduzco" que algo falló, ha señalado.
Asimismo, ha relatado que el atentado le ha causado profundas heridas en "las piernas, en las manos y en el corazón". En este sentido, ha relatado cómo la acción terrorista le ha frustrado su faceta deportiva, que era "la parte central" en su vida. A raíz del atentado, "en mi casa se hizo de noche y una sombra de pena y de tristeza envolvió a mi familia".
Muerte derivada'del atentado
De hecho, ha asegurado que su madre -que al igual que él y su padre cayó en un profunda depresión a causa del atentado- murió diez meses después a causa de un infarto que Madina achaca a todo lo ocurrido.
La víctima ha querido finalizar su testimonio haciendo un reconocimiento a la labor de las instituciones judiciales y destacado que mantiene los mismos objetivos políticos que tenía antes del atentado, porque "ni ETA va a conseguir cambiarlos".
Al finalizar su declaración, varios miembros del PSE, como Patxi López y Txiki Benegas, le han abrazado efusivamente.
El fiscal considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato terrorista en grado de tentativa, que imputa a Iker Olabarrieta y Asier Arzalluz, para quienes pide 20 años de prisión, y de otro de colaboración con banda armada, del que acusa a Gaizka Olabarrieta y Gorka Aztiria, para quienes solicita seis años de cárcel, en sus conclusiones provisionales.