Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Puerta de acceso a la empresa asaltada por el comando etarra./ EFE
en las cercanías de nimes

Un comando de ETA roba 350 armas en una empresa francesa tras retener a sus dueños

Los asaltantes, tres hombres y una mujer, retuvieron ocho horas a tres miembros de la familia para asegurarse de que no había vigilancia

AGENCIAS |
BAYONAActualizado:

Un comando etarra formado por dos hombres y una mujer se apoderó ayer de unos 300 revólveres, al menos 50 pistolas, piezas sueltas y una cantidad indeterminada de munición en una empresa francesa dedicada a la venta de armas. El robo, que se prolongó durante ocho horas, fue posible gracias al secuestro de tres miembros de la familia propietaria, lo que garantizó la desactivación de las medidas de seguridad.

El asalto, que guarda similitud con algunos atracos perpetrados por ETA a principios de los años ochenta, se inició a las siete de la tarde y concluyó a las tres de la madrugada. Los rehenes fueron atados y amordazados, tras lo cual los miembros de ETA, que hablaban entre sí en castellano, se dieron a la fuga, según han informado fuentes de la investigación.

El robo se produce apenas 24 horas antes de que se celebre el debate sobre el proceso del País Vasco en el Parlamento Europeo y constituye la acción de ETA más destacada desde que se iniciara la tregua el pasado 22 de marzo.

Los miembros del comando acudieron a la vivienda del hijo y la nuera de los propietarios del negocio y sorprendieron a la mujer y a un hijo de unos nueve o diez años. Ambos fueron secuestrados e introducidos en el coche de la rehén y con él se trasladaron hasta el domicilio particular de los propietarios del almacén de armas, donde se encontraba la esposa del dueño del negocio, suegra y abuela de los dos primeros rehenes.

Vigilancia desactivada

Los etarras advirtieron a la mujer de que tenían en su poder a los dos familiares y le exigieron bajo amenazas que colaborara con ellos. La propietaria fue obligada a llamar por teléfono a la sede de la empresa Sidam para indicar a los empleados de seguridad que se podían marchar y pedirles que no conectaran las alarmas ya que, según les dijo, ella misma tenía que acercarse poco después para realizar unas gestiones.

En fuentes policiales francesas se destaca que los terroristas tenían un exhaustivo conocimiento de los movimientos de la familia ya que, además de haber localizado los respectivos domicilios, sabían las costumbres de sus moradores. En la conversación mantenida con la dueña de la empresa los miembros de ETA aportaron datos que revelaban que conocían lo que hacía su marido. De hecho, eligieron un día en que se encontraba ausente para llevar a cabo el asalto.

Cuando comprobaron que los vigilantes de seguridad se habían marchado siguiendo las instrucciones de la mujer, los miembros del comando trasladaron a los tres rehenes hasta los locales de la empresa Sidam, donde penetraron sin ningún problema. La propietaria del establecimiento fue inmovilizada mediante el empleo de cinta de embalar, mientras que el niño y su madre fueron atados con unos grilletes de la Gendarmería que, según se pudo comprobar posteriormente, habían sido robados por otro comando de ETA a una pareja de agentes de este cuerpo el pasado 5 de marzo.

Con los tres rehenes neutralizados, los miembros del comando etarra se dedicaron a sacar del almacén un número indeterminado de pistolas y revólveres que, según los últimos datos, podría superar las 350 unidades. Las armas robadas son de diversas marcas y calibres, aunque predominan entre ellos las correspondientes a la firma Smith and Wesson.

A las tres de la madrugada, los cuatro hombres y la mujer que integraban la célula de ETA terminaron de sacar las armas y se marcharon, dejando a sus rehenes en el interior. Varias horas más tarde, la propietaria logró romper las ligaduras de la cinta de embalar con que había sido amarrada y dio la voz de alerta a la policía.

Durante todo el día de hoy, agentes de las unidades antiterroristas de la Policía Nacional francesa han estado trabajando en el almacén para buscar pistas que permitan la identificación de los asaltantes.