Aficionados. Numerosos jóvenes visten elaborados disfraces de sus personajes favoritos en el Baluarte de la Candelaria. | PABLO ANDREU
SALÓN DEL MANGA Y CULTURA JAPONESA DE CÁDIZ

Mucho más que cómic

El Salón del Manga y la Cultura Japonesa de Cádiz arranca con una exposición sobre el origen y evolución del manga, talleres de dibujo, juegos de mesa y concursos de disfraces

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Baluarte de la Candelaria, seis de la tarde. Multitud de jóvenes y adolescentes se congregan a las puertas del recinto impacientes por disfrutar de las múltiples actividades, tiendas y exposiciones del I Salón del Manga de Cádiz, un proyecto impulsado por la Asociación Juvenil Aniraise en colaboración con la Delegación Municipal de Juventud. Aunque parezca una congregación de frikis en potencia, un hervidero de hormonas en plena efervescencia, esta iniciativa encierra un sincero sentimiento multicultural y la intención de acercar las tradiciones y costumbres de dos países tan distantes como España y Japón.

Uno de los mayores atractivos de esta feria es la exposición que explica el origen y la evolución del manga hasta la época actual. Los primeros dibujos se atribuyen al pintor japonés Hokusai Hatsushika, el primero que diseñó los característicos trazos de este estilo de dibujo. No obstante, el más venerado es el padre del manga actual, Osamu Tezuka, autor de cómics tan emblemáticos como Astroboy, y el iniciador de algunos de los rasgos que van a ser característicos del manga como el exagerado tamaño de los ojos. «El ilustrador más conocido por aquí es Gô Nagai, autor del célebre Mazinger Z», afirma Juan Ignacio Pérez Alelly, presidente de Aniraise. Es en 1972 cuando aparecen los primeros cómics manga para chicas, denominados Shôjo. Uno de los ejemplos más significativos de este corriente es Candy, Candy.

En la actualidad, el manga se ha diversificado y existen géneros y estilos muy diversos. Amor, aventuras, historias filosóficas, etc. «Son más creativos y abiertos que los cómics norteamericanos, como los de Marvel, que siempre están protagonizados por superhéroes», explica Patricia Pizarro, una de las profesoras del taller de dibujo del salón.

En cuanto a las formas y características típicas de estas ilustraciones, Paula Ahumada explica: «los rasgos principales de los personajes son el tamaño de los ojos, muy exagerado, las figuras esbeltas y altas y, también, la repetición de tipos, ya que a veces los dibujos son muy parecidos unos a otros, con la diferencia de que cambia el color del pelo o de los ojos». Por otro lado, lo que más ha cambiado es el estilo de los dibujos, que han pasado de tener un trazado más sencillo a disponer de muchos más detalles.

El objetivo del taller de dibujo que imparten estas dos estudiantes gaditanas es el de ofrecer una enseñanza básica del manga para introducir de forma sencilla a todos los que estén interesados en las técnicas de este arte nipón. «En realidad lo que queremos es llamar la atención de los jóvenes para que se interesen por el manga y aprendan algunos consejos y características básicas», explica Paula.

Por otro lado, aquellos curiosos que quieran profundizar más en la cultura japonesa pueden hacer un alto en la Casamata de Japón, para observar los cientos de fotografías que pueblan sus paredes y que retratan muchos de los emblemas de la cultura nipona, entre los que no podría faltar el clásico sushi. «Además, tenemos un ordenador sintonizado con la televisión de Japón», afirma Juan Ignacio Pérez Alelly.