Charles Carl Roberts, junto a su mujer Marie, en una imagen tomada en 1996. / AP
EL ASESINO SE SUICIDÓ

La muerte de otra niña eleva a cinco las víctimas del tiroteo en un colegio amish

El asaltante reveló a su mujer antes de que ocurrieran los hechos que abusó sexualmente de varias menores de su familia hace veinte años

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El asalto de un conductor de un camión de leche a un colegio amish de la ciudad de Nickel Mines, en el condado de Lancaster (Pensylvania, EEUU), ha dejado en las últimas horas una quinta víctima.

Todas las fallecidas son niñas que el asaltante separó de los niños durante el tiroteo que emprendió supuestamente para vengarse. Las dos últimas han fallecido durante las últimas horas en el hospital debido a las heridas sufridas por los disparos.

En la mañana del lunes, un hombre de 32 años irrumpía en el aula de un colegio amish de la localidad de Nickel Mines en el estado de Pennsylvania, parapetándose en el mismo y reteniendo en el interior a una decena de estudiantes.

Alineó a las niñas y amarró sus pies

Sin ninguna explicación conocida por el momento, el asaltante disparó contra las niñas asesinando en el acto a tres de ellas e hiriendo de gravedad a otras siete, dos de las cuales han fallecido.

El homicida se suicidaba poco después. Se trata de Charles Carl Roberts, un camionero de 31 años de edad no relacionado con el culto amish.

Según las autoridades policiales, Roberts entró en el edificio escolar armado con una escopeta y un revólver y tras liberar a una quincena de niños, una embarazada y otras tres mujeres con niños se hizo fuerte en el interior de la escuela formando una barricada en la puerta.

Roberts alineó a las niñas frente a la pizarra de la clase y amarró sus pies. Poco después de que llegara el primero de los guardias y tras realizar el asesino una llamada a la Policía, éste ejecutó a las niñas -de edades comprendidas entre los seis y los doce años- y se suicidó inmediatamente después.

Abusó de menores hace 20 años

En una conferencia de prensa celebrada hoy, el comandante de la policía de Pensilvania, Jeffrey Miller, ha explicado que Roberts llamó a su esposa por un teléfono móvil desde la escuela donde se había atrincherado y le contó hechos de su pasado que le atormentaban.

Según ha declarado la esposa, Roberts le dijo en la llamada que hace veinte años había abusado sexualmente de menores de su familia que tenían tres y cuatro años de edad, hecho del que también quedó constancia en la nota de suicidio que dejó en su casa.

Roberts escribió en la nota que volvía "a tener sueños recurrentes de querer hacer lo mismo" veinte años después. Sin embargo, según Miller, los familiares desconocen de qué niñas se trata y la policía dice que se ignora también "el grado de abuso al que fueron sometidas".

En la nota de suicidio que Roberts dejó en su casa, antes de llevar a sus tres hijos al colegio, también dijo que estaba "muy enfadado con Dios" por la muerte de una hija Emily, que nació prematuramente hace nueve años y sólo sobrevivió unos minutos.