Los servicios de salvamento intentan retirar los vagones para encontrar a las posibles víctimas. /AFP
según la policía

El accidente de un tren de alta velocidad alemán deja al menos 21 muertos

Hasta ahora se han logrado rescatar 15 cadáveres y por lo menos diez personas resultaron gravemente herida

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La policía estima que el accidente del tren rápido Transrapid de esta mañana ha podido dejar un saldo de 21 muertos, aunque tal cifra no se puede precisar por el momento debido a que los trabajos de rescate son bastante difíciles.

Hasta ahora se han logrado rescatar 15 cadáveres y por lo menos diez personas resultaron gravemente heridas. El accidente, el primero desde que hace 22 años se estrenara este tramo de pruebas, se produjo cuando el tren circulaba a unos 200 kilómetros por hora en unos de los tramos de la comarca de Emsland (norte de Alemania).

En el tren viajaban 29 personas, pero el número de víctimas o heridos podría llegar hasta 30, incluidos los tripulantes del vagón. El tramo de Emsland es el único por el que discurre este tren -en un total de 31,5 kilómetros- que alcanza velocidades máximas de unos 450 kilómetros por hora.

Pese a tratarse de un tramo experimental, se ha convertido en una atracción turística y los visitantes pueden subir al tren, que no circula con regularidad, pagando una tarifa. Sin embargo, las personas que estaban en el tren cuando se produjo el accidente no eran turistas sino personas relacionadas de una u otra manera con la empresa Transrapid.

Según los administradores del tramo, el accidente se produjo al chocar el Tranrapid con un vagón de servicio que estaba en la monovía, y no se debió a problemas técnicos sino a un fallo humano. El Transrapid, cuya tecnología ha sido vendida a China, nunca salió en Alemania de su estado embrionario y tras más de dos décadas de ensayos y discusiones sobre su utilidad práctica.

El ministro de Transportes, Wolfgang Tiefensee, quien se encontraba precisamente en viaje a China cuando se produjo el accidente, ha decidido interrumpir su estancia en Pekín y regresar a Alemania. La canciller alemana, Angela Merkel, había negado durante su visita a China en mayo la transferencia tecnológica necesaria para ampliar la línea del tren de levitación magnética (maglev) entre Shanghai y Hangzhou.

La ampliación, con un coste de 4.000 millones de euros (5.100 millones de dólares), supone el desarrollo de la tecnología del tren más rápido del mundo para unir estas dos ciudades, a 170 kilómetros de distancia, en 26 minutos y a una velocidad máxima de 470 kilómetros por hora.

El consorcio germano Transrapid (Siemens y Thyssen Krupp) se llevó el primer contrato del "maglev" aportando su tecnología, gracias a la cual, desde 2002, el único tren de su tipo en uso comercial une los más de 30 kilómetros que separan el aeropuerto de Pudong de las afueras de Shanghai, en menos de ocho minutos.