Las escuchas permitieron esclarecer la muerte de un trabajador sin papeles en una finca corneado por un toro
El juez acusa al empresario de la grúa, Ismael Pérez Peña, de homicidio imprudente y de favorecer la inmigración irregular
Actualizado: GuardarLas grabaciones telefónicas realizadas por la policía durante la investigación del ‘caso Malaya’ han permitido esclarecer la muerte de un hombre de nacionalidad rumana, que falleció en una finca madrileña en la que estaba trabajando, al parecer, en situación irregular.
El juez Miguel Ángel Torres explica en uno de sus autos que «Ismael (Pérez Peña, el empresario de la grúa, trama que supuso el punto de partida de la investigación) es propietario de una finca donde falleció corneado por un toro un empleado rumano que trabajaba para él de forma irregular».
Según el magistrado, Pérez Peña fue la persona que encomendó el trabajo que estaba realizando el fallecido pese al peligro que entrañaba el animal. Torres asegura en una de sus resoluciones que el empresario «ha tomado todas las medidas necesarias para ocultar los hechos desvinculando al trabajador de su empresa».
«Eso está controlado»
El instructor ha podido llegar a esta conclusión al escuchar las transcripciones de las escuchas telefónicas realizadas durante la investigación policial. Destaca en el sumario una de ellas, en la que Pérez Peña confiesa a Roca que está «jodido». «Ha cogido un toro mío a una persona, ayer, y lo ha matado», recoge textualmente la grabación. Unos segundos más tarde, el ex asesor de Urbanismo le pregunta: «Adiós, ¿pero que trabajaba para ti?». Pérez Peña contesta: «Sí pero no. Está controlado eso».
Las conversaciones sobre el asunto que constan en el sumario son numerosas y extensas. A través de éstas, el juez ha podido constatar que «Ismael trae a España a trabajadores extranjeros de forma irregular para trabajar en sus fincas, que dichos trabajadores desempeñan sus funciones sin gozar de los más elementales derechos laborales en penosas condiciones».