Raúl Castro rompe su silencio para advertir a EEUU de la movilización de sus militares
Afirma en su primera entrevista como líder provisional de Cuba que hasta ahora no ha salido en los medios "porque no ha sido necesario"
Actualizado:Raúl Castro, hermano del presidente cubano Fidel Castro y presidente provisional desde el pasado 1 de agosto, asegura hoy en una entrevista al diario oficial Granma que desde esa fecha se ha elevado "de manera sustancial" la "capacidad y disposición combativa" del país con la puesta en marcha de varias medidas, entre ellas la "movilización de varias decenas de miles de reservistas y milicianos", para hacer frente a una hipotética agresión estadounidense.
Además, afirma que "millones" de cubanos rechazan los planes de transición del presidente de Estados Unidos George W. Bush, por lo que estarían dispuestos a recibir "con el fusil en la mano" al "interventor" que envíe Washington. "No podíamos descartar el peligro de que alguien se volviera loco, o más loco todavía, dentro del gobierno norteamericano", asegura Raúl Castro en sus primeras declaraciones desde que, además del mando militar, asumió la dirección política del país tras ser operado su hermano de una hemorragia intestinal de la que está convaleciente.
Castro dedica gran parte de la entrevista, titulada "Ningún enemigo podrá derrotarnos", a comentar la amenaza estadounidense, aunque añade que no pretende "exagerar peligros" y admite que los "ataques" norteamericanos hasta ahora "no han pasado de la retórica" y las "transmisiones subversivas" de radio y televisión.
Además, agradece a los médicos la "profesionalidad" y el "gran amor" con que están atendiendo a su hermano, porque esto "ha sido un factor muy importante en la progresiva recuperación de Fidel", aunque agrega que "su extraordinaria naturaleza física y mental también ha resultado esencial para su recuperación satisfactoria y gradual".
El general afirma que no le preocupan en absoluto los rumores internacionales acerca del mutismo que ha mantenido a lo largo de los 17 días que Fidel lleva convaleciente y sólo le interesa lo que piensen los cubanos: "afortunadamente vivimos en esta isla geográficamente pequeña, donde se sabe qué hacemos todos", argumenta. Según dice, no ha salido en los medios porque "sencillamente no ha resultado necesario".
En este sentido, argumenta que si suele aparecer poco en público es porque "muchas tareas relacionadas con la defensa del país no deben ser publicadas y hay que manejarlas con el máximo cuidado", y esa ha sido su tarea como ministro de Defensa. "Además, siempre he sido discreto, esa es mi forma de ser, y de paso aclaro que pienso seguir así", asevera.
"Absoluta tranquilidad" en la isla
"Desde allá, como si fueran los dueños del planeta, dicen que aquí tiene que haber transición a un régimen social que sea de su agrado y que 'tomarán nota de cuantos se opongan a ello'", añade el mandatario, achacando a Bush una "actitud de bravucón de barrio" y "gran estupidez".
Raúl Castro asegura que la situación en el interior de la isla es de "absoluta tranquilidad" y de "actitud serena, disciplinada y decidida", y añade que por la situación interna "no hubiera sido necesario movilizar ni un pionero de los que custodian las urnas en las elecciones".
Sin embargo, vuelve la vista a Washington y subraya que nunca ha "echado en saco roto una amenaza del enemigo". A su juicio, Estados Unidos no debe "tomar nota" de quienes se opongan a la transición, sino de los "anexionistas asalariados de su Oficina de Intereses en La Habana, esos que van a recibir las migajas de los anunciados 80 millones de dólares para la subversión, porque el grueso se lo distribuirán en Miami".
"De lo contrario, la lista va a ser interminable. Tendría que anotar los nombres de millones y millones de cubanos y cubanas, los mismos que están listos para recibir a su interventor designado con el fusil en la mano", agrega.