
Miles de libaneses vuelven a sus casas tras la entrada en vigor del alto el fuego
Las horas previas al cese de hostilidades han tenido una intensa actividad militar e Israel proseguirá con su bloqueo por aire y mar
Actualizado: GuardarLa tregua que ha comenzado a las 8 de la mañana en el Líbano (05.00 GMT), y que de momento es respetada, ha animado a decenas de miles de libaneses a tratar de volver a sus casas abandonadas, aunque muchas de ellas han quedado reducidas a escombros. Esta vuelta precipitada ha traído ya no pocos accidentes causados por personas que activan por descuido artefactos que no habían estallado, y al menos dos personas han muerto, una en Yahmor, y otra en Hamuch, y siete más han resultado heridas en diferentes lugares el país.
El Ejército, la Defensa Civil libanesa y las televisiones multiplican las llamadas a la precaución, que no empañan la evidente alegría de los libaneses que vuelven a casa con sus enseres a cuestas y que colapsan las carreteras del país. Algunos ondean al viento banderas libanesas o retratos de Hasan Nasralá, el líder de Hezbolá, mientras que otros hacen el signo de la victoria ante las cámaras de televisión. El alto el fuego acordado por el Gobierno de Israel y la guerrilla chii libanesa de Hezbolá ha entrado en vigor tras intensas horas de actividad militar.
Olmert defiende la resolución como un "logro diplomático para Israel"
El acuerdo, aceptado por las partes implicadas en el conflicto, se acoge a la resolución 1701 aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el pasado sábado, más de un mes después del inicio de las hostilidades. La medida implica el despliegue de una fuerza multinacional amparada por la ONU en el sur del Líbano, donde el gobierno de Beirut también deberá enviar a unos 15.000 soldados.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha afirmado que la decisión adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado sábado, en la que se exhortaba a las partes en conflicto a alcanzar un alto el fuego, "constituye un logro diplomático para Israel". Asimismo aseguró que esta guerra ha cambiado la estrategia en la región para la desventaja de Hezbolá. Según él, la milicia está prácticamente destruida y su confianza está minada.
"Continuaremos presionándoles donde sea y en cualquier momento", aseguró, añadiendo que "no tenemos intención de pedir permiso a nadie". En este sentido pidió paciencia a aquellos que cree que la guerra ha sido corta y no ha logrado desmantelar por completo la milicia. Además, el mandatario hebreo aseguró que Israel no se disculpará por la ofensiva y quiso tranquilizar a los partidarios de una intervención aun mayor aseguró que Israel lo hará mejor la próxima vez y dejó abierta otra posible intervención señalando que "podría haber un a próxima vez".
Olmert hizo estas afirmaciones durante un discurso pronunciado esta tarde ante el Parlamento israelí (Kneset), horas después de que empezara esta mañana el alto el fuego entre Israel y Hezbolá. Olmert remarcó que "sólo Israel y Líbano son responsables de su territorio" y que la resolución permitirá que "no haya más un estado dentro de otro estado... o una organización terrorista que actúe en Líbano como el brazo largo de Teherán en Damasco".
Nasralá afirma que "es un mal momento" para el desarme
El secretario general de Hezbolá, jeque Hasan Nasralá, afirmó que "es un mal momento" para discutir sobre el desarme de la Resistencia Islámica, el brazo armado de su organización. "Hubo un debate sobre el desarme de Hezbolá antes y después de la resolución, pero yo no quiero entrar en ese debate", explicó Nasralá en un discurso emitido hoy por la televisión Al Manar, órgano de comunicación de Hizbulá.
El responsable chií dijo que su organización prefiere no entrar en el actual debate sobre el desarme porque "sirve al enemigo y no al interés de Líbano". Antes, el líder de Hezbolá había dicho que "estamos ante una victoria histórica y estratégica, no es ninguna exageración, esta victoria es para todo Líbano. para toda la Resistencia y para la 'Umma' (nación islámica)".
Nasralá pronunció su discurso en su habitual tono reposado y con su indumentaria habitual -traje y turbante negros- frente a un fondo en el que se veía la bandera de Líbano y el emblema amarillo de su organización.